Después de semanas con polémica, durante la campaña electoral llegó un compromiso claro por parte de Jaume Collboni: «Basta de transformar confrontando a la gente y de no cambiar la ciudad a partir del acuerdo». Con esta contundencia, el candidato socialista se comprometió a «revocar» la pacificación de la ronda de Sant Antoni para «relanzar el acuerdo con consenso». Meses más tarde de aquellas declaraciones, la teniente de alcaldía del nuevo ejecutivo, Laia Bonet, ha explicado a los medios que el Ayuntamiento tirará adelante la última reforma de la ronda de Sant Antoni. «Lo hacemos por responsabilidad y porque si hay algún consenso es que hay que actuar cuanto antes mejor», ha dicho Bonet, que a la vez ha detallado que «se abrirá los sobres de la licitación de los dos tramos donde había la losa del mercado en las fechas previstas».
La responsable de urbanismo del ejecutivo ha admitido la contradicción que supone tirar adelante un proyecto que contó con los votos en contra del PSC durante el anterior mandato y contra el cual se arremetió en campaña. Con todo, ha indicado que «es más importante la urgencia de la reforma que el modelo contraído». A pesar del firme compromiso que ahora muestra el PSC, parar el proyecto de la ronda de Sant Antoni se había complicado. Desde el Ayuntamiento seguían asegurando la semana pasada que el compromiso del nuevo ejecutivo era el mismo que en campaña, pero la realidad es que las obras ya se están licitando y parar ahora el proyecto podría comportar que el Ayuntamiento tuviera que indemnizar a las empresas que hayan presentado una oferta, tal como alertó antes de las elecciones la entonces teniente de Urbanismo, Janet Sanz.

Cara y cruz entre los partidos de la oposición
Como era de esperar, el grupo municipal de ‘TriasxBCN’ ha criticado que el proyecto salga adelante. Junts fue, de hecho, uno de los grupos más críticos –junto con el PSC y la derecha españolista– con esta pacificación durante el anterior mandato. El portavoz del grupo municipal, Jordi Martí, ha recordado que los socialistas «se habían comprometido a revertir el proyecto en los primeros cien días de mandato» y que el cambio de opinión significa que «el gobierno Collboni empieza con un incumplimiento flagrante de su palabra». Martí ha recordado que su grupo municipal «pidió por escrito que hubiera este proyecto de reversión y que se volviera al consenso de 2018» y ha pedido «no engañar a la ciudadanía».
Bien diferente es la valoración de los Comunes, el grupo que impulsó la reforma. El partido de Ada Colau ha celebrado el cambio de actitud del PSC y ha recordado que el proyecto «cuenta con el apoyo de 50 asociaciones». En este sentido, Janet Sanz ha asegurado que la noticia «recoge el trabajo que las fuerzas políticas de izquierdas hemos hecho más allá de los debates vinculados a un proceso de elecciones» y ha dejado claro su compromiso para que «el conjunto de las rondas tenga una transformación que de una vez por todas piense en la relación entre Ciutat Vella y el Eixample».
