El sistema de recogida selectiva ‘porta a porta ha marcado una parte importante del debate político y ciudadano del barrio de Sant Andreu. Después de una primera prueba en Sarrià, el ejecutivo de Ada Colau decidió impulsarlo en el núcleo antiguo del barrio andreuense, con ciertas prisas y provocando la división de los vecinos. El ‘porta a porta’ cuenta con el visto bueno de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu de Palomar, una de las más grandes del barrio, pero también se ha encontrado con las protestas de los más críticos con el sistema, que en diferentes ocasiones se han reunido ante la sede del distrito para mostrar su rechazo. Tal es el punto, que la recogida de la basura en Sant Andreu ha obligado a posicionarse sí o sí a los partidos políticos. El PSC, que ahora ocupa la alcaldía, se mostró contundente en campaña electoral: «Si el ‘porta a porta‘ no ha mejorado el reciclaje ni a la gente del barrio, se tiene que cambiar», dijo de forma tajante Jaume Collboni, antes candidato, ahora alcalde de Barcelona.
Ahora bien, meses más tarde, la situación es bien diferente. Los de Collboni gobiernan el distrito y hasta ahora han optado para lanzar evasivas. «Ha ido cambiado», «se implementó muy deprisa, pero ha mejorado», «es un sistema de recogida mixto»… Todo de frases que evitaban posicionarse al respeto y que han enfadado a los vecinos críticos con el sistema. «No nos dice nada, ¿qué piensa hacer con el ‘porta a porta‘ realmente? Dínoslo», se quejaba el pasado miércoles una vecina a la regidora del distrito, Marta Villanueva, en la Audiencia Pública de Sant Andreu. «De momento es un sistema que está y que se queda. Y mientras tanto, miramos qué basura y cómo resolvemos incidencias que hay y que no negamos que están. Pero es un sistema que se queda», ha respondido la regidora.

Desde el distrito destacan las mejoras
En el último consejo de barrio, la gerente de Servicios Urbanos del Ayuntamiento, Sonia Firas, ya defendió el ‘porta a porta‘ ante los vecinos, asegurando que actualmente se implementa un sistema «mixto» que compagina la recogida casa a casa con unos contenedores chipados. En una entrevista al TOT Barcelona, la regidora Villanueva también se mostró prudente ante aquellas voces que piden cambios drásticos a San Andreu. «Es cierto que el alcalde lo dijo en campaña. Desde que se implementó, el ‘porta a porta‘ ha ido cambiando, y por aquí también va la idea. […] Ahora estamos haciendo esta evaluación para mirar qué funciona y qué no, y a partir de aquí poder actuar», afirmaba entonces.
Villanueva destaca que estos meses en la plaza de Orfila [sede del distrito] han servido para canalizar las quejas de los vecinos y hacer, por ejemplo, que los camiones no pasen «por las calles más estrechas». También pone énfasis en el cambio de la contrata de la limpieza y en los avisos que el mismo alcalde ha hecho a las concesionarias: «En este contrato de limpieza tenían que haber renovado la flota. Va tarde. Es una de las demandas que hicimos a las concesionarias. Cuando nos sentamos con ellas, les dijimos que se tenían que haber incorporado estos camiones [menos ruidosos] antes». Eso sí, el Ayuntamiento sí que cierra la puerta de forma rotunda a aplicar el mismo sistema al resto del distrito. «El mismo alcalde lo paró», según Villanueva.
Datos sujetos a la interpretación
Desde el Ayuntamiento mantienen que el índice de reciclaje en Sant Andreu ha sido el 2023 del 74%, datos inferiores al 78 y 81% de los dos años anteriores, pero infinitamente mejores al 34% que se conseguía antes de que se implementara el ‘porta a porta. A pesar del descenso de los últimos años, Sant Andreu mejora sustancialmente los datos de Barcelona, que apenas llega al 40% de recogida selectiva. La media en Cataluña es del 45,33% y la Unión Europea aprieta a los estados miembros para llegar al 60% de aquí a siete años.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu de Palomar, Miquel Ruiz, mantiene que los datos demuestran que el ‘porta a porta es «la mejor manera de separar la basura» para conseguir llegar a las cifras que marca Europa. En conversación con el TOT Barcelona, Ruiz cree que en los contenedores «la gente puede echar lo que quiera» y sigue apostado por un modelo «que consideremos que es el mejor». «Si hay alguno otro que nos digan cual», insiste. Desde la asociación vecinal reconocen, eso sí, que hay aspectos a mejorar y piden en el Ayuntamiento que «los chips funcionen». Ruiz detalla que hay contenedores que a veces no se abren y que la gente «deja la basura fuera».
Ahora bien, los más críticos también ponen énfasis en el hecho de que cada vez menos vecinos participan del ‘porta a porta‘. «¿A dónde van a parar los residuos de esta gente?», se preguntan, dejando entender que se desplazan a otras zonas y colapsan contenedores. Según los datos del Ayuntamiento, el 53% de los vecinos sujetos al ‘porta a porta‘ ha seguido las indicaciones correctamente, una cifra de participación exacta a la de 2022, pero bastante inferior a la de 2021 (69%). Por otro lado, en dos años se ha doblado el número de residuos abandonados, de un 7% a un 14%. Fuentes de Junts en Sant Andreu –uno de los grupos más combativos con el sistema– apuntan al TOT que estos datos «confirman el fracaso del ‘porta a porta‘» y mantienen que es un sistema «más adecuado para pueblos pequeños que para ciudades grandes». Ya lo ven, mismos datos, diferentes opiniones.


