En Sonic, Mario Bros, Luigi, Leo Messi, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, David Fernàndez, Donald Trump, Benjamín Netanyahu, Boris Johnson, Rosalía, Julio César, Son Goku o Vegeta son algunos de los personajes del mundo de la ficción y de la vida real convertidos en caganers por la empresa Caganer.com, de los hermanos Sergi y Marc Alòs. Está especializada en confeccionar a mano caganers tradicionales y también de figuras populares e instaladas al imaginario colectivo. En su catálogo se pueden encontrar hasta 650 diferentes y a lo largo de los años han llegado a elaborar más de 1200. En solo tres años, han abierto cinco tiendas en el centro de Barcelona y, todavía más importante: han conseguido situar en el mapa del mundo este elemento icónico de la cultura catalana.
Cambio de rumbo
Tal como explica Sergi al TOT Barcelona desde una de las paradas que tienen a la Fira de Santa Llúcia, la empresa nació el 1992 de la mano de su madre. Durante gran parte de su trayectoria, el negocio familiar se dedicó a confeccionar caganers para tiendas de souvenirs. Con el estallido de la pandemia y la crisis derivada, pero, la empresa cambió de rumbo. Tal como recuerda Sergi, parte de las 50 tiendas para las cuales trabajaban no les pudieron pagar nunca los últimos ejemplares que habían hecho, razón por la cual optaron por dejar de tener intermediarios entre su producto y el público. “El enero del 2021, cuando había duras restricciones por la covid y no había mucha vida en la calle, abrimos nuestra primera tienda física en la calle de los Baños Nuevos —barrio Gòtic—”, dice. Aquello solo fue el comienzo.

Al cabo de tres meses, abrieron otra junto a la Iglesia de Santa Maria de Mar. Más tarde, cuando vieron que el negocio funcionaba, abrieron las de la calle de Portaferrissa, Sant Pere Més Alt y Llibreteria. Ya habían ocupado el recorrido turístico. “Antes la temporada alta de trabajo era antes de Navidad, ahora es Nadal todo el año”, celebra. En este sentido, reconoce que es la figura del pesebre que más resiste, ya que del resto se vienen cada vez menos. “Nos da mucha pena que se esté perdiendo la tradición del pesebre, pero al menos con la venta de caganers mantiene una parte importante”, afirma.
La clave del éxito de Caganers.cómo es que cada año se centran a hacer novedades que son noticia en el mundo entero o en países concretos, lo cual atrae clientes barceloneses y turistas curiosos. Dos ejemplos son los que hicieron de Leo Messi con la camiseta de la selección de Argentina por el Mundial de Qatar 2022 y del futbolista levantando la copa después de ganarlo. En cuanto a las últimas novedades, se encuentran Elon Musk, Benjamín Netanyahu y el corredor de fórmula 1 Max Verstappen y, paralelamente, ya están preparando lo del nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, quien ganó las elecciones generales hace dos semanas. El más vendido no es ninguna novedad, pero repredenta un tiempo importante para el fútbol catalán: Leo Messi con la camiseta del F.C. Barcelona. “Parece que los culés todavía tenemos la esperanza que vuelva al Barça”, bromea.
Trump contra Clinton
Otro muy vendido es un político que acumula un amplio historial de polémicas: Donald Trump. Lo confeccionaron por primera vez antes de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos del 2016, cuando la candidata del Partido Demócrata era Hillary Clinton. Primero se vendían por igual los caganers de los dos, pero después el entonces líder republicano se puso al frente. “Cuando un periodista de

No se podría acabar este artículo sin habla del tema que ha despertado el interés de un incontable número de personas de culturas diferentes: el origen del caganer. Hay varias teorías, y Sergi escoge la que consta a ‘Costumari Català’ del folclorista Joan Amades, quien decía que es la representación del campesino que defecaba en la tierra para fertilizarla, lo cual explica por qué se va moviendo por diferentes puntos del pesebre. Recuerda que cuando él y en Marc eran pequeños, su padre lo escondía cada mañana y lo tenían que encontrar. Era su figura preferida. De hecho, en la hora de montar el pesebre, siempre se peleaban por quién colocaba el caganer. “Sin saberlo, décadas después, sería el protagonista de nuestra empresa”, sentencia.