Decenas de guarderías de Barcelona han sufrido algún tipo de problema con el aire acondicionado este verano. El Ayuntamiento les ha cedido pingüinos, pero estos aparatos portátiles no son suficientes para sofocar los más de 30 grados que se han registrado en algunos casos. El ejecutivo encabezado por Jaume Collboni ha admitido que una treintena de centros han comunicado deficiencias técnicas en el sistema de climatización y que los técnicos del Instituto Municipal de Guarderías (IMEB) han recibido un 20% más de avisos que el año pasado. Hay cinco centros, además, que tienen el sistema completamente colapsado. El concejal Lluís Rabell ha comunicado que el ejecutivo cambiará el entramado de refrigeración de 15 escuelas este verano, pero los trámites burocráticos impiden que la solución sea inmediata. «Esperamos que todas las obras estén terminadas en septiembre o, al menos, que todas las obras ya hayan comenzado para esas fechas», remarcaba la semana pasada.

Las familias de dos centros –EMB Alchemika y EMB Marina– se han quejado al defensor del pueblo de Barcelona, que en el informe anual de 2023 ya alertaba de la problemática. «En un contexto de crisis climática e incremento constante de las temperaturas, se vuelve indispensable que, más allá de medidas provisionales y transitorias, se desplieguen con efectividad los programas y herramientas de que se dispone para mejorar la eficiencia energética de los centros educativos y sus condiciones térmicas», apuntó entonces el defensor. El Ayuntamiento ha repartido un total de 105 aires acondicionados portátiles para atenuar temperaturas que, en algunos casos, han llegado a los 33 grados. Las familias afectadas que han hablado con TOT Barcelona recuerdan que los pingüinos reducen la temperatura de una estancia concreta, pero no de todo el centro, y remarcan que son aparatos que obligan a tener al menos una ventana abierta para expulsar el aire caliente.

Lluís Rabell en una atención a los medios de comunicación desde una guardería | Nazaret Romero (ACN)

Temperaturas superiores a los 30 grados

Desde la sindicatura detallan que el volumen de quejas más alto ha llegado de la escuela EMB Marina, del distrito de Horta-Guinardó. «Está dividida en dos alas, en una están los niños que tienen hasta un año y en una segunda los que tienen entre uno y tres. En la zona de los más grandes, el aire acondicionado funciona, pero los más pequeños no lo tienen», explica el portavoz de la asociación de familias, Gerard Ruiz. En este caso, según la explicación que ha dado el mismo gerente del IMEB, Jordi Sánchez, el conflicto ha escalado por «problemas en la presión del gas» del sistema de climatización. La idea es que los técnicos reparen el aire acondicionado este lunes, siempre que no se detecte una nueva fuga de gas.

La asociación de familias comunicó el problema hace mes y medio, al detectar temperaturas superiores a los 30 grados en las aulas. «Estamos cansadas de recoger a nuestros hijos e hijas sudados y calientes después de los días de calor que está haciendo. Les está afectando en el sueño y en el apetito. ¿De verdad queremos esperar a que un niño o una educadora sufran un golpe de calor?», apuntan los afectados en uno de los correos que han enviado al IMEB. Los responsables municipales enviaron simples ventiladores antes de San Juan y rectificaron posteriormente instalando pingüinos. «Se está mejor, pero no acaba de solucionar el problema», concreta Ruiz, que confía en las obras inminentes como final del viacrucis.

La segunda escuela que ha denunciado las deficiencias al defensor es la EMB Alchemika, del barrio del Poblenou. Recibieron los pingüinos con un mes de retraso, los esperaban en mayo y llegaron finalmente en junio. Son seis, uno para cada aula, pero los espacios comunes continúan superando los 30 grados en muchas fases del día. «Los pingüinos están a 18 grados y las clases, por la mañana, están a 30 grados. Por lo tanto, no es la solución. Al principio estábamos a 25 o 27 grados, pero ahora estamos a 28 grados, en los mejores de los casos. Aún quedan clases durante julio y después hay campamento de verano, por lo tanto, se debe encontrar una solución», advierte la presidenta del AFA, Valentina Veselinova. La madre recuerda que los niños de las guarderías son una población «muy delicada» y que entre las familias temen «que pueda haber golpes de calor». «Hace nueve meses que seguimos los procedimientos correctos, los canales oficiales para que nos den una solución estable, pero no nos ha servido de nada», lamenta. Las familias volvieron a protestar el jueves en la sede del distrito de Sant Martí.

Un cartel de la protesta de familias de la guardería municipal Alchemika por la falta de climatización / ACN

Natalia, madre de un alumno de Petit Univers, escuela de Gràcia, avisa también a través del TOT Barcelona que las temperaturas suelen estar entre los 30 y los 33 grados. «El Ayuntamiento no se ha puesto las pilas hasta que no ha salido en los medios, para poner pingüinos y ventiladores. Entonces quedamos a la expectativa, pero ahora los pingüinos se están estropeando y se está viendo que son claramente insuficientes», apunta la madre. Desde el AFA también cuestionan el enfoque «administrativo» que hace el IMEB de la climatización y reprochan a la institución que no haga «ningún tipo de seguimiento» de las medidas provisionales adoptadas.

Las familias de las escuelas afectadas remarcan que las altas temperaturas que se están registrando impiden a los niños dormir la siesta correctamente, un aspecto que preocupa a estas edades. «Ahora que llega el campamento de verano, en parte lo pago porque estará mejor en la escuelita, suponiendo que hay aire acondicionado. Es lo mínimo que se le puede exigir a un servicio público», sentencia la madre de Petit Univers. El IMEB reitera que no retirará los pingüinos de ninguna escuela mientras sean necesarios y que el Ayuntamiento tiene un stock de cincuenta aparatos más por si hay que reforzar los centros durante los campamentos de verano.

Problemas de climatización en varios equipamientos municipales

Las deficiencias del sistema de climatización no son un problema exclusivo de las guarderías. Otros equipamientos municipales también han sufrido contratiempos este verano. Las bibliotecas Aurora Díaz Plaja (Guineueta), Jaume Fuster (Vallcarca) y Ana María Moix (Fort Pienc) han tenido que cerrar porque no podían mantener una temperatura adecuada. En los dos primeros casos, en los que la avería ya ha sido solucionada, el cierre se produjo en plena ola de calor, lo cual agrava el problema porque las bibliotecas son consideradas refugios climáticos. También han sufrido problemas con la climatización el Mercado de la Concepción (Dreta de l’Eixample), los CAP de Sanllehy (Salut) y Cuarteles de Sant Andreu (Sant Andreu) y el CUAP Peracamps (Raval).

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