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La Barcelona de los Lumière: historia del primer film grabado en el Estado

Los libros de historia han situado a los hermanos Auguste y Louis Lumière como los grandes inventores del cine. El 28 de diciembre de 1895 presentaban en París las primeras imágenes en movimiento captadas por un aparato de su creación: el cinematógrafo. Este hito suponía una revolución mayúscula y abría un abanico de posibilidades prácticamente infinito más allá de la fotografía estática, un escenario hasta entonces impensable. Con el objetivo de llevar el nuevo invento a su máxima expresión, los hermanos Lumière formaron a toda una serie de operadores de cámara y les enviaron a diferentes puntos del planeta para capturar escenas como nunca antes se había podido hacer.

Uno de los técnicos que aprendieron a usar el cinematógrafo de la mano de estos hermanos pioneros fue Alexandre Promio. Este hombre nacido en Lyon el 9 de julio del 1868 en el seno de una familia de ascendencia italiana fue uno de los primeros trabajadores al servicio de los Lumière y recibió el encargo de «recoger vistas por el mundo», tal como explica él mismo en su Cuaderno de viaje. Promio dejó su ciudad natal a principios del 1896 para embarcarse en esta aventura, que le llevó primero a Marsella, a donde llega en tren, y después a Barcelona. No queda claro como se lo hace para desplazarse hasta la capital catalana, pero sí que sabemos que entre el 21 de mayo y el 12 de junio de aquel mismo año se encuentra en el Puerto de Barcelona, donde sin ser del todo consciente grabará una escena que pasará a los anales de la historia.

Una postal de la cotidianidad portuaria

Mientras se encuentra en el recinto portuario de la capital catalana, Promio utiliza el cinematógrafo para grabar una secuencia donde se puede ver como varios operarios descargan mercancías de un barco atracado en uno de los muelles. En un primer plano se puede ver a dos trabajadores descansando y hablando sobre unos sacos aparentemente vacíos mientras de fondo sus compañeros atraviesan el espeso humo que rodea la embarcación para ir sacando productos de su interior, principalmente sacos de trigo. Esta escena que muestra el trasiego y actividad cotidianos en el puerto barcelonés se convirtió en la primera filmación hecha en todo el Estado.


La pieza la ha recuperado para la ocasión 128 años después de su realización el usuario Cataluña Color, un perfil que se dedica a poner color a fotografías antiguas en blanco y negro de todo el territorio catalán. De hecho, este film también supone el estreno de este usuario poniendo color a imágenes en movimiento más allá de instantáneas. Según la información recogida en el catálogo en línea de la obra cinematográfica de los hermanos Lumière, Promio grabó esta escena antes de partir hacia Madrid, donde participó en una de las primeras proyecciones de material grabado con el cinematógrafo antes de volver a Lyon pasando por Burdeos.

En este acto en la capital española, sin embargo, no se presentó todavía esta pieza. La primera vez que se proyectó esta escena -bautizada con el título Déchargement d’un navire (Descarga de un barco, en francés)- fue el 10 de julio de 1896 en Vichy (Francia). Después también se presentó el 26 de diciembre de 1896 en Auxerre o el 8 de enero de 1897 en Sevilla.

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