Un equipamiento municipal nueva de trinca de Trinitat Vella, el Centro de Vida Comunitaria, hace nueve meses que está cerrado por la presencia de una sustancia tóxica, formaldehído, tal como ha informado en exclusiva el TOT. Esta tiene su origen en la madera utilizada en la construcción. En declaraciones al TOT Barcelona, el presidente del PP en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, denuncia el silencio y la falta de control municipal en la edificación. El inmueble, mayoritariamente de madera, abrió el marzo de 2022 y a finales de enero de 2023 fue clausurado.
A los populares les sorprende que “no se hubiera detectado antes esta sustancia con el dinero que ha costado el edificio”, dice Sirera. El PP, a través del consejero de Sant Andreu Nicolás Santiago Romero Granados, ha hecho llegar una batería de preguntas al gobierno de Jaume Collboni sobre el equipamiento cerrado. “Queremos saber qué responsabilidades asume el mismo Ayuntamiento y qué derivarán en la empresa constructora porque la problemática se resuelva lo más temprano possible”, añade el regidor, especialmente preocupado por el silencio que mantiene el ejecutivo del PSC con este caso.
El PP pregunta quién lo pagará
Entre las cuestiones que el PP ha trasladado al gobierno de la ciudad figuran cuáles son las causas de la presencia del formaldehído, los estudios que se han hecho para determinar los niveles de contaminación y si la sustancia tóxica detectada es la única que se ha encontrado en el centro. Así mismo, el grupo que encabeza Sirera quiere saber qué actuaciones técnicas se hacen para eliminar el formaldehído, quién las pagará y quién es el responsable de la presencia de la sustancia contaminante y qué acciones jurídicas pondrá en marcha el Ayuntamiento. Finalmente, los populares piden por el número de usuarios afectados, las actividades que se han dejado de hacer y si se ha informado a vecinos y entidades afectadas sobre qué se hará en el edificio y la fecha de la reapertura del equipamiento.
El PP es el segundo grupo municipal que ha preguntado al gobierno municipal por el cierre del Centro de Vida Comunitaria de Trinitat Vella. Hace unos días el presidente de ERC al consistorio, Ernest Maragall, decía que «que el edificio sea declarado tóxico es muy grave”, y valoraba el caso como “una negligencia en el proceso de construcción que se suma a la larga lista de

Tres personas atendidas, una de urgente
Según la documentación municipal sobre el caso, el cierre se hizo “con carácter preventivo” después de que, a finales de enero, tres personas trabajadoras de empresas externas manifestaron sintomatología irritante (picores). Una mujer incluso tuvo que recibir “atención sanitaria urgente”. Con posterioridad, el Ayuntamiento hizo un reconocimiento médico y pruebas complementarias a todo el personal municipal y se dijo a las empresas externas que hicieran el mismo. El Ayuntamiento asegura que los resultados de los trabajadores municipales fueron en todos los casos normales. Fuentes municipales explicaron hace unas semanas que “en todo momento las mediciones han dado niveles de formaldehído por debajo de los estándares, pero, al ser un centro de trabajo municipal, se ha optado para mantenerlo cerrado de manera preventiva hasta que los niveles de esta sustancia sean próximos a 0″.
El formaldehído es una sustancia química inflamable, incolora y de fuerte olor. En la página del Instituto Nacional del Cáncer se informa de que se produce “en el ámbito industrial y se usa para la construcción de materiales como tableros de partículas, madera contrachapada y otros productos de madera prensada”. Además, se utiliza de forma habitual como fungicida, germicida y desinfectante, y como conservante en tanatorios y laboratorios médicos. El formaldehído también se produce de forma natural en la atmósfera y durante el proceso de descomposición de plantas, y se encuentra también en el humo del tabaco. Las personas se pueden ver expuestas principalmente al formaldehído por inhalación de gas o vapor de aire o por la absorción de líquidos que contienen esta sustancia. Con altos niveles de exposición, el formaldehído puede provocar algunos tipos de cáncer.
Situado en la confluencia de la Via Favència con la carretera de Ribes, el Centro de Vida Comunitaria tiene cuatro plantas de unos 500 metros cuadrados cada una, con una superficie total construida de 2.000 m². El edificio se construyó con materiales sostenibles y no contaminantes. Con un presupuesto de 6,7 millones de euros (según los datos que aparecen en la página del despacho de los arquitectos, Haz Arquitectura), está pensado en clave de eficiencia energética, puesto que aprovecha el calor del suelo para mantener el termómetro interior estable, tanto en invierno como el verano. Según el Ayuntamiento, el cierre no ha afectado a los diferentes servicios integrados en el Centro de Vida Comunitaria, que continúan abiertos atendiendo la ciudadanía en diferentes equipamientos próximos adaptando su actividad a la espera de la reapertura del edificio.