«Hay vecinos que tienen ganas de salir y cortar calles». El aviso de la Rosalia, una vecina que hace semanas que intenta mediar con el Ayuntamiento, es bastante claro. Los vecinos más próximos a la montaña de Montjuic aprietan para encontrar una fórmula que los integre en el plan de movilidad que el consistorio ha diseñado de cara en los partidos del FC Barcelona. «Nos dimos un margen con los primeros partidos, que eran de prueba, pero la situación no mejora y la paciencia de muchos vecinos empieza a agotarse», dice la portavoz vecinal al TOT Barcelona.
El Ayuntamiento se reunió con los vecinos afectados a finales de la semana pasada. Una reunión que tenía que servir para poner sobre la mesa unas alternativas que no han acabado de convencer ni a los vecinos del Polvorín ni de Can Clos, dos barrios ubicados entre la anilla olímpica y la Marina. «Aunque cierren el espacio antes, el barrio se llena de coches», dice la Rosalia, que también lamenta que el plan tenga más en cuenta las necesidades de los socios que la de los vecinos que viven cada día en Montjuic. «La Guardia Urbana no deja entrar al barrio muchos de los vecinos, los derivan al Polvorín y tardas tres cuartos temprano en llegar a casa», lamenta la vecina.
Piden una acreditación especial para los vecinos
Los vecinos afectados reconocen que la sintonía con la nueva gerente del distrito es mejor, pero lamentan que las soluciones continúen sin llegar. «Nos dijeron que pondrían agentes que se conocen la zona a controlar los accesos y que si en el DNI figura una calle del barrio nos dejarían pasar. Pero en el último partido esto no pasó y un policía, incluso, multó a un vecino nuestro», explica Rosalia, que pide una acreditación especial para todos ellos. «No estamos pidiendo entrar a ninguna zona concreta de Montjuic, simplemente poder acceder a casa nuestra», comenta.
El acceso a su barrio es la principal preocupación que hay ahora mismo a Can Clos y alrededores. Ahora bien, el aumento de coches también quita el sueño a unos vecinos que se quedan sin espacio en el barrio durante horas. Así se puede ver en las imágenes captadas por los mismos vecinos, que muestran la avalancha de vehículos que llenan los descampados, sobre todo en la zona del Polvorín de Montjuic.
La doble cita, el principal temor de los vecinos
Esta semana, Montjuic ha vivido la prueba definitiva de su nuevo plan de movilidad. Al Barça-Sevilla del viernes, uno de los partidos que tiene más cartel de la liga, se le ha sumado el concierto de Joaquín Sabina al Palau Sant Jordi. Una doble cita que ha puesto a prueba los accesos a Montjuic. El Ayuntamiento ha recomendado durante la semana «acceder a pie» para evitar el colapso de los buses lanzadora –que lo han podido utilizar tanto los seguidores del Barça como de Sabina– o evitar problemas de tráfico, restringido desde las 16 horas del viernes. Rosalía reconoce que los grandes conciertos siempre han despertado cierta inquietud en el barrio y que la posibilidad de que se superpongan a los partidos del Barça durando todo el año no acaba de gustar.
