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La piscina de la Prosperitat, un proyecto maldito y enterrado definitivamente


La piscina municipal del 
barrio de la Prosperitat es un proyecto maldito. El febrero de 2009, el entonces alcalde de Barcelona Jordi Hereu puso la primera piedra de la piscina cubierta. Han pasado quince años y el equipamiento deportivo, reivindicado por los vecinos de esta zona de Nou Barris desde finales de los años setenta, no se ha construido. Ni Hereu, ni Xavier Trias ni Ada Colau fueron capaces de hacerla. Y Jaume Collboni tampoco la tiene en cartera. Fuentes municipales confirman al TOT Barcelona que este mandato no se ejecutará. 

Según explica la revista La Veu del Carrer, que publica la Federación de Asociación de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB) en su número de enero, el ahora ministro de Industria y Turismo se presentó durante el carnaval a la Prosperitat, donde ahora está la Torre Júlia, en la Vía Favència, 348, confluencia con la calle del Molí, para poner la primera piedra. El 21 de febrero de 2009, Hereu «cogió la pala con un estilo tan torpe que el presidente de la asociación vecinal -sindicalista del ramo de la construcción- la tuvo que coger para evitar males mayores. Allí quedó la primera piedra del espacio deportivo, enterrado para siempre».

De una subvención perdida al cambio de solar

La construcción de esta piscina ha sido un proyecto sin interés político desde sus inicios. Ninguno de los últimos cuatro alcaldes, incluido Collboni, han tenido la voluntad de sacarla adelante. La actual presidenta de la Asociación Vecinal de Prosperitat, Elia Herranz, califica lo vivido «de estafa». Ni Hereu ni Trias hicieron el equipamiento, a pesar de que el Ayuntamiento recibió en 2010 una subvención millonaria del Consell Català de l’Esport que preveía 800.000 euros para el pabellón deportivo con piscina de la Prosperitat, dinero que se destinó al Mundial de Natación de 2013. Con posterioridad, ya con Colau de alcaldesa, se alegaron problemas técnicos para no construir la piscina y los Comunes propusieron en 2018 hacerla a Trinitat Nova, pero tampoco aquí se ha ejecutado nunca. Ahora, el gobierno actual prevé hacer mejoras en esta zona de la Trinitat, pero la piscina seguirá en los cajones.

La historia de este proyecto se inició a finales de los años setenta, cuando el Ayuntamiento aprobó el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de la Prosperitat, que contemplaba equipamientos deportivos en la confluencia de Vía Favència con Molí. El año 2005 se dio luz verde al Plan Especial Urbanístico para hacer el pabellón deportivo con piscina junto con un edificio de pisos tutelados y una residencia de gente mayor. En febrero de 2009, Hereu puso la primera piedra. Según explicaba el mismo Ayuntamiento en el boletín Barris de Nou Barris de abril de 2009, la piscina formaba parte del Centro Deportivo Municipal (CEM) Vía Favència. El edificio proyectado tenía que tener unos 5.000 metros cuadrados y el presupuesto para construirlo era de 5,3 millones. La idea era que entrara en funcionamiento la primavera de 2011, pero a finales de aquel mandato, y antes de las elecciones municipales que ganó Trias, la regidora de Nou Barris Carmen Andrés dijo que la piscina no se haría por la crisis económica.

La Torre Júlia, un edificio de pisos protegidos que formaba parte del proyecto municipal junto con la piscina nunca hecha AYUNTAMIENTO

Trias no hizo suyo el proyecto

Herranz recuerda que «la residencia tardó años en abrir» y los pisos tutelados se hicieron en un edificio demasiado alto, un rascacielos. «Nosotros estábamos en contra». Siempre según la entidad vecinal, el anteproyecto de los presupuestos del Ayuntamiento de 2012 contemplaba hacer el Centro Deportivo Municipal de Vía Favència y se le citaba como un equipamiento emblemático, pero el nuevo gobierno de Trias no se hizo responsable de los compromisos de los planes de actuación anteriores y alegó que no se había aprobado el presupuesto para no intervenir.

En 2013, la Asociación Vecinal de la Prosperidad emitió un comunicado donde recordaba un informe de la Sindicatura de Comptes sobre el Consell Català de l’Esport de 2010 que denunciaba varias irregularidades entre las que figuraban 10 millones de euros concedidos al Ayuntamiento de Barcelona para construir equipamientos de barrio. Entre este dinero, había 800.000 euros para la piscina cubierta de Vía Favència. «Lo que queda claro es que el Ayuntamiento se embolsó 800.000 euros para construir la piscina, justo en el momento en que se nos anunció que el proyecto se desestimaba a última hora por los recortes municipales», decía la entidad en el comunicado. En un artículo publicado por La Directa, el 20 de noviembre de 2013, el vocal de la FAVB, Albert Recio, explicaba que el dinero se destinó al Mundial de Natación que se celebró en Barcelona el 2013. La respuesta la había dado el mismo consistorio a instancias de la Asociación de Vecinos de la Sagrera.

Hacia Trinitat Nova

Cuando Colau llegó a la alcaldía se intentó recuperar la construcción del equipamiento, pero en 2018 el Ayuntamiento dijo al vecindario que la piscina no se podría construir en el emplazamiento donde Hereu puso la primera piedra. En una reunión celebrada el 26 de marzo de aquel año, la teniente de alcaldía de Urbanismo y regidora de Nou Barris Janet Sanz esgrimió que la urbanización de la zona dificultaría la entrada y salida de camiones, así como que la nueva piscina tendría un gran impacto sobre una escuela de la zona, con cuatro metros más de techo, y que la piscina era una infraestructura compleja de mantener, subraya la entidad vecinal.

A pesar de que la asociación vecinal consultó un arquitecto que determinó que no compartía los problemas técnicos a los que hacía referencia el Ayuntamiento, la solución que encontró el consistorio fue trasladar la construcción del equipamiento a Trinitat Nova, a un solar que actualmente funciona como aparcamiento provisional al lado del mercado de Montserrat, entre las calles de Aiguablava y Fenals. “Nos lo dijeron de palabra. Los vecinos de la Trinitat la reclamaron al ver que no se hacía a la Prosperitat. Se tenía que hacer en unos terrenos junto con vivienda de protección oficial, pero finalmente nos dijeron que los pisos previstos se comían toda la zona deportiva prevista”, comenta Herranz. 

Dar servicio en tres barrios

Todavía hoy, Herranz reivindica el equipamiento como muy necesaria, puesto que tenía que dar servicio no solo en el barrio de la Prosperitat sino también a los de Roquetes Trinitat Nova. De todos modos, la representante vecinal ya intuía, antes de saber que Collboni cerrara la puerta a hacer la piscina, que difícilmente el proyecto se ejecutaría. Y la razón, dice, es por el escaso poder adquisitivo de estos barrios. “Una piscina es cara de mantener y si no hay suficiente poder adquisitivo por parte del vecindario, el Ayuntamiento tendría que poner una entrada muy económica, y no les sale a cuenta”, concluye.

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