La Fiscalía pide 5 años de prisión para un agente de la policía española como autor de un delito de lesiones y 2 años y 6 meses para su compañero como presunto cómplice de haber agredido un trabajador de una hamburguesería del paseo de Joan de Borbó en 2018. Por su parte, la acusación particular pide 6 años de prisión para los dos policías españoles
Los hechos sucedieron el 13 de abril a las cinco de la tarde, cuando dos trabajadores de esta hamburguesería cogían las bicicletas para marchar a casa y los dos policías se dirigieron pensando que se podía tratar de un hecho delictivo. Al ver los agentes, uno de los trabajadores respondió con un «qué pasa», contestación que enfureció los agentes que le pidieron la documentación, según relata el escrito de acusación de la fiscalía en un texto recogido por Europa Press.
Según el texto de la fiscalía, el trabajador argumentó que la documentación la tenía dentro del local. Al ver que la conversación aumentaba de tono, la encargada de la hamburguesería salió a la calle para corroborar que eran dos trabajadores del local. A pesar de las explicaciones, el agente por el cual la fiscalía pide la pena más alta se puso los guantes y «con ánimo de menoscabar la integridad» del trabajador le espetó un puñetazo a la cara al trabajador y lo tiró al suelo, situándose encima de él para golpearlo de nuevo y no se paró hasta que vio que sangraba por la boca.

El agredido perdió un diente
La encargada de la hamburguesería ha declarado este jueves como testigo de los hechos y ha señalado que la agresión del policía español contra el trabajador le causó daños considerables. «Tenía la boca destrozada, estaba sangrando» ha asegurado la encargada, que ha negado que el agredido mordiera el agente, tal como sostiene la defensa de los dos policías.
Según argumenta la Fiscalía, el otro agente de la policía española no solo no paró su compañero, sino que impidió que nadie parara los puñetazos.