Pedir disculpas a la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra y hacer un curso de justicia restaurativa. Esta ha sido la fórmula que ha escogido G.M.J, un chico acusado de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos para esquivar la prisión. El joven está acusado de desórdenes y atentado contra la autoridad por haber tirado una piedra contra una furgoneta de la unidad de élite antidisturbios de los Mossos d’Esquadra durante el tercer aniversario de Primero de Octubre. Ahora bien, ni se celebrará el juicio oral que estaba previsto por este miércoles a la sección octava de la Audiencia de Barcelona porque ha llegado a un acuerdo con la fiscal del caso.
Según la conformidad a la cual ha llegado acusado y ministerio público, el joven será condenado en un año de prisión por el delito de desórdenes y a seis meses de prisión por el delito de atentado contra la autoridad. Fiscalía pide aplicar la circunstancia atenuante de reparación del daño que prevé el artículo 21.5 del Código Penal. De este modo, si el acusado lo corrobora ante el tribunal, el fiscal no se opone a que se suspenda la ejecución de la pena si en un periodo de dos años no comete ningún delito.
Una piedra que no hizo ningún daño
Según el escrito del servicio de conformidades de la fiscalía de Barcelona, al cual ha tenido acceso TOT Barcelona, los hechos se registraron después de la concentración convocada por Òmnium Cultural y por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) del Primero de Octubre de 2020, en conmemoración del tercer anniversario de la efeméride. Una vez acabada la concentración, hacia las nueve menos cuarto de la noche, varios concentrados empezaron una manifestación, «sin comunicar a la autoridad gubernativa», desde la plaza Sant Jaume siguiendo por vía Laietana, Plaza Urquinaona y Ronda San Pedro hasta llegar a la plaza Cataluña, donde un centenar de personas quemaron contenedores y lanzamiento de objetos contra los efectivos policiales.
En este contexto, pasadas las diez menos cuarto de la noche, en el número 16 de la calle Balmes, muy cerca de Gran Vía, el acusado junto con una quincena de personas habría lanzado piedras de «grandes dimensiones» contra un convoy de tres vehículos policiales de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra. En concreto, la fiscalía considera que el acusado con «el ánimo de atentar contra el normal desarrollo de la convivencia ciudadana» lanzó una piedra de la que «no consta ninguna característica» contra la furgoneta Dragó 40 de la Brimo, con la dotación de los agentes en su interior. La piedra impactó pero «no consta ningún daño» en el vehículo.
El perdón y el curso
A la vista de la instrucción y que avanzaba la acusación, el acusado participó a instancia propia en un programa de Justicia Restaurativa. Así mismo reconoció los hechos de la acusación y pidió perdón. En este punto, trasladó las disculpas a los agentes de la Brigada Móvil a través de uno de los jefes de la unidad antidisturbios. Por lo tanto, con estas dos circunstancias el ministerio fiscal ha decidido rebajar la acusación y evitar que el joven tenga que entrar en la prisión. De todas maneras, fiscalía cree que es autor de un delito de desórdenes públicos del artículo 557 y de un delito de atentado del 550 del Código Penal.
Este miércoles, el acusado tendrá que ratificar ante el tribunal su acuerdo de conformidad. En caso de que falte a esta ratificación, decisión poco probable, porque acusado, abogado defensor y fiscalía ya han firmado un nuevo escrito de acusación de conformidad, pedirán la citación de testigos para celebrar la vista. En este sentido, hay que recordar que la fiscalía ya ha registrado un escrito con que propone a los magistrados no citar a ningún testigo y únicamente a las partes para celebrar el juicio y solo cite a las partes para ratificar la conformidad.
