Hace meses se supo que las obras de la Línea 8 de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) tendrían consecuencias para el Parque de Joan Miró, situado en el barrio de l’Esquerra de l’Eixample —distrito de l’Eixample—. La idea era, concretamente, que el parque se convirtiera en la zona logística de explotación de la tuneladora que tiene que perforar el túnel, lo cual generó el rechazo de parte del vecindario porque considera que se privatizará parte del parque. Ahora, estos vecinos, agrupados bajo la plataforma Salvamos el Parque Joan Miró, celebran que el Parlament haya aprobado una resolución de En Común Podem que pide en el Gobierno de la Generalitat que trate de encontrar un espacio alternativo para la zona de obras.

Otro aspecto importante que hace a los vecinos oponerse a este proyecto es que supondría la tala de 178 árboles del parque. En este sentido, hay que recalcar que la resolución del Parlamento también pide en el Gobierno que detenga la tala de los 178 árboles y que abra un proceso de diálogo con los vecinos y el Ayuntamiento para buscar alternativas.

Pulso y ruido

Tal como explicó el pasado mes de marzo al TOT Barcelona el vocal de Urbanismo de la Asociación de Vecinos de l’Esquerra de l’Eixample, Xavier Riu, las obras de los FGC, que conectarán plaza de Espanya con el distrito de Gràcia, también han generado oposición vecinal porque este parque es lo más grande que tiene el barrio de l’Esquerra de l’Eixample y una parte quedaría cerrada al público durante años. Además, recordó, los vecinos más próximos en el parque tendrían que convivir con el polvo y el ruido que provocará la maquinaria de las obras. Riu criticó entonces la manera con la cual se había tomado esta decisión. “Esto se ha pensado desde un despacho y con muy poca sensibilidad”, indicó Riu indignado.

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