Barcelona podría perder uno de sus únicos espacios especializados en música rock. El Ayuntamiento ha ordenado precintar antes del 26 de noviembre la sala Bóveda por una denuncia de ruido que ha desatado bastante polémica en este sector y que ha obligado a los responsables de las instalaciones a suspender los conciertos previstos. Según apunta la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (ASACC) en un comunicado, el proceso que ha derivado en este posible cierre definitivo de la sala del Poblenou nace con la denuncia interpuesta por los nuevos propietarios de un local comercial de un edificio cercano que se estaría utilizando como alojamiento sin el permiso correspondiente.
Desde la ASACC aseguran que la propiedad del local está ejerciendo la actividad de uso residencial sin que conste ningún cédula de habitabilidad, «alquilando temporalmente habitaciones numeradas, con zonas comunes, tránsito constante de inquilinos y sin que ninguno de estos cambios haya sido ni notificado ni consensuado con el resto de inquilinos del edificio». En este sentido, cabe recordar que los vecinos de este inmueble conviven con la sala de conciertos de la calle de Roc Boronat desde el año 1992 sin ninguna incidencia, tal como ellos mismos han reflejado en un documento firmado donde declaran «no tener molestias derivadas de su actividad».
Las medidas sonométricas realizadas por los técnicos reflejan que en horario de conciertos -que terminan habitualmente a las once de la noche- se producen picos provocados por la batería que superan los límites establecidos por la normativa. Este ruido no había ocasionado hasta ahora ninguna molestia porque era totalmente compatible con la actividad y el horario comercial de un local de oficinas. En cuanto a la actividad con música grabada, que se puede prolongar hasta las seis de la mañana, sí se cumplen los umbrales que marca el reglamento.
Renuncia temporal al directo para evitar el cierre
Ante la orden de precintado que pesa sobre la sala, sus responsables están negociando para intentar mantener las instalaciones en funcionamiento renunciando temporalmente a la actividad de conciertos y de música en directo, lo que permitiría evitar la pérdida de puestos de trabajo y actividad económica. En paralelo, la sala Bóveda ha presentado una denuncia por el acoso que a su parecer está sufriendo por parte de un particular que está «ejerciendo una actividad especulativa que no está permitida y que, además, no se ajusta a la licencia».
Por todo esto, desde la ASACC denuncian el caso y esperan que se pueda llegar a un acuerdo que permita recuperar la programación de más de 70 conciertos que tenía el espacio. «Esperamos que la administración tome las medidas oportunas para evitar este tipo de situaciones que no hacen más que incidir en la precariedad del sector y en la pérdida de la actividad cultural y musical de la ciudad», apuntan en el comunicado.
