La oposición en bloque, con la excepción de la extrema derecha, ha pedido al gobierno del Ayuntamiento de Barcelona más compromiso con la reconstrucción de la Escuela de Mar que había antiguamente a la Barceloneta. El edificio se convirtió, junto con otros centros como la Escuela del Bosque, en un icono del movimiento reformista de educación al aire libre, pero fue bombardeado por la aviación nazi en 1938. La escuela se reubicó primero en Montjuic y después en el Guinardó, donde se ubica actualmente, pero el Ayuntamiento quiere recoger el legado del edificio histórico de la playa. La exalcaldesa Ada Colau anunció las intenciones de su gobierno de replicar el edificio al lado del mar, pero la oposición denuncia ahora que el proyecto ha quedado estancado con la llegada de Jaume Collboni.
La mayoría de grupos se han conjurado en la Comisión de Derechos Sociales de este martes para sacar adelante la reconstrucción de la antigua escuela, ahora como espacio de memoria y con la posibilidad de acoger un museo nacional de la educación. El concejal de ERC Jordi Castellana, impulsor de la propuesta, ha celebrado que el proyecto cuente «con el apoyo de 39 de 41 regidores» y ha pedido «seriedad y camino» al gobierno municipal para que no quede en papel mojado. «No queremos entrar en disputas partidistas, queremos que este proyecto se haga realidad. Entendemos que es un lugar idóneo para ubicar el museo, pero que también pueda convivir con otras actividades vinculadas con el barrio de la Barceloneta», ha dicho Castellana, sin interés de polemizar con el Ayuntamiento, pero remarcando que las explicaciones del ejecutivo lo dejan «inquieto».
Más contundente han sido los Comunes, que encuentran «inexplicable» que el Ayuntamiento no haya detallado el motivo de la parada. Pau González ha recordado que su ejecutivo preparó 300.000 euros para el proyecto y ha pedido «saber si esto [el estancamiento] supone un perjuicio económico por el ICUB«. Los Comunes han forzado a los republicanos a matizar brevemente la petición, incorporando la posibilidad de decidir la finalidad de la equipación más adelante. «No estamos en contra del museo nacional de la educación. Pero el proceso es tan importante como el resultado, pongámonos de acuerdo en poner en marcha aquello que se ha encallado, y después, mientras andamos, debatimos entre todos y todas cuál será la finalidad última», ha expuesto González.
El gobierno no pone fechas
El regidor de gobierno Lluís Rabell ha defendido que el ejecutivo socialista «no ha abandonado» el proyecto y ha enmarcado el estancamiento de la iniciativa en una «reevaluación y conceptualización» de lo que tiene que ser el futuro equipamiento. «Las cosas son más complejas que un render«, ha remarcado Rabell, que avisa de la dificultad de encontrar un emplazamiento para reconstruir el edificio cerca del mar. La misma Ada Colau admitió, el día que se presentaba la iniciativa, que lo más complicado era encontrar una ubicación, a pesar de asegurar que «ya casi lo tenemos». En aquella ocasión, el ejecutivo de los Comunes planteaba el final de la rambla del Poblenou o un lado de la playa del Somorrostro como posibles opciones.
En todo caso, Lluís Rabell ya ha dejado claro que la prioridad es «definir» el proyecto y que este «todavía no está en la fase» de encontrar un emplazamiento definitivo. El regidor socialista no ha querido poner fechas, pero ha remarcado que la idea es «alentadora» y que avanzarán en la definición del proyecto «en los próximos meses».
La proposición también ha contado con el apoyo de Junts, que ha compartido la «estupefacción» del resto de la oposición ante las excusas de Lluís Rabell. «Usted estaba en el gobierno, por lo tanto, entienda que el resto de grupos estemos sorprendidos de la manera que lo explica», ha dicho Joan Rodríguez. El PP también ha votado a favor y VOX se ha desmarcado acusando el resto de grupos de haberse anclado en «la historia de los enfrentamientos», en alusión en la guerra civil.
