A finales de los noventa aumentó la immigración de forma considerable en Barcelona y otras grandes ciudades. Sin ir más lejos, entre 1990 y 2021 llegaron más de 6 millones de migrantes al Estado, tal como recoge el estudio ‘Quantifying Global International Migration Flows’. Así, la inmigración aumentó de manera significativa en diferentes barrios de la capital catalana y la noticia provocó pequeños brotes xenófobos. Este hecho es el que motivó a los vecinos de Nou Barris a crear un nuevo proyecto que trabajara para la buena convivencia entre el vecindario y favoreciera la diversidad.
La
Un sufrir constante por la financiación del proyecto
La entidad vive gracias a las tres trabajadoras que gestionan el proyecto y a las decenas de voluntarios que ayudan. «Tenemos un voluntariado muy comprometido que ayuda en el punto de acogida y recepción, y con los talleres sobre lengua», admite con satisfacción la coordinadora del proyecto, Rocío Cuvas. Una satisfacción que se transforma en inquietud cuando toca hablar de dinero. «Inicialmente, el Ayuntamiento nos subvencionaba cerca de un 80% del proyecto con el convenio que tenemos firmado, ahora cerca de un 70 y la tendencia es que próximamente solo sea de un 50%», admite con preocupación.
Cuevas reconoce que, con la rebaja del combenio, el consistorio cumple con el que marca la ley estatal de subvenciones actual, pero indica que «una entidad tan pequeña como la nuestra no puede generar tantos recursos» y que el proyecto «tiembla». Por eso se apresuran a buscar alternativas con entidades privadas que quieran financiar parte de sus gastos. La coordinadora del proyecto explica que, en estos momentos, están a la espera otras subvenciones que han pedido, «a ver si nos las dan», y que empiecen a buscar financiación de empresas o fundaciones más grandes. Aún con todo, el optimismo es relativo. «Hace años ya lo intentamos sin éxito», admite.

«Tenemos que reajustar el proyecto»
De momento, la entidad ha emplazado las actividades más grandes del proyecto en el segundo semestre, momento en que sabrán de cuánto dinero disponen. «El proyecto es el mismo, trabajamos la convivencia y la diversidad, con especial atención al vecindario que proviene de la inmigración, pero estamos haciendo el mínimo», remarca Cuevas, que añade que están reajustando el proyecto sin saber «cómo acabaremos el año».
En todo caso, desde el proyecto defienden su vigencia. En la última memoria de