El nuevo Port Olímpic, una obra que costará unos 100 millones de euros, dos veces y media más de lo previsto inicialmente, se ha estrenado sin tener garantizada la accesibilidad para las personas con movilidad reducida en todos sus espacios. Tal y como ha podido comprobar el TOT Barcelona, en al menos dos de las zonas de las nuevas instalaciones, estos ciudadanos no pueden acceder. Fuentes de la empresa Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), que gestiona en el Port Olímpic, aseguran que ya están previstas futuras actuaciones para disponer de accesibilidad universal en todo el puerto. En todo caso, ahora mismo, en estos tramos las obras están terminadas -o casi- y no se ha garantizado la accesibilidad de estas personas.
Uno de los puntos en los que las personas con movilidad reducida no pueden acceder es al final del nuevo paseo que se ha hecho en el dique de cobijo, una especie de mirador, al otro lado de la playa del Somorrostro, donde se encuentra El capbussament, una de las ocho fuentes olímpicas de Òscar Tusquets y Carlos Díaz, esculpidas por el artista Juan Enrique Bordes. Todo el paseo está adaptado, con rampas, para personas con movilidad reducida o para familias que vayan con cochecitos de niños, pero al llegar al citado mirador, dos escalones impiden el paso de las sillas de ruedas. Por la cota del puerto, donde están las embarcaciones, unas escaleras hacen imposible que las personas con movilidad reducida puedan subir al mirador.
Junts denuncia que no se puede acceder a la playa
Por otro lado, ahora mismo, tampoco se ha habilitado una rampa para que las personas con movilidad reducida puedan acceder a la playa directamente desde el Port Olímpic, ha explicado la portavoz de Junts por Catalunya en el distrito de Sant Martí, Maria Arenillas. En este punto, «entre los muelles de Gregal y de Mestral», unas escaleras sin rampa bloquean el paso de estas personas. El pasado junio, Arenillas presentó un ruego al gobierno municipal en el que solicitaba que se haga un estudio para construir una rampa que salve el desnivel del acceso del Port Olímpic hasta la playa, «para que también las personas con discapacidad puedan practicar y disfrutar de los deportes náuticos que desde los locales ubicados en el muelle de Mestral se organizan y realizan desde la playa». Tres meses después, Arenillas dice que todavía no ha recibido la respuesta del regidor del distrito, David Escudé.
Desde la plataforma Accessibiltat, Ciutat i Platges de Barcelona, Cristina Garcia, una de las personas que forma parte de ella, sostiene que los escalones del paseo del dique de cobijo vulneran los códigos de accesibilidad al tratarse de una obra pública, y no entiende como siendo una zona tan amplia no se ha puesto una rampa. A nivel general, señala como uno de los problemas que se encuentran el hecho de que haya arquitectos que no tengan presentes los criterios de accesibilidad en sus diseños y denuncia que organismos como el Instituto Municipal de Discapacidades y otras entidades que reciben subvenciones públicas aportan pocas soluciones a las complicaciones con las que se encuentran las personas con movilidad reducida. La plataforma es muy activa en la red X denunciando las vulneraciones de los derechos de estos ciudadanos y las muchas dificultades en su día a día que les suponen las barreras arquitectónicas.

Sin fecha para las reformas
Desde la empresa municipal B:SM, afirman que están previstas «futuras actuaciones» en la parte final del espigón, donde se podrían instalar nuevas escaleras, rampas o ascensores para garantizar una conectividad universal. De momento, no hay una fecha para ejecutar estas reformas. Fuentes de B:SM concretan que tanto las obras del final del paseo del dique de cobijo, donde está el mirador, como el acceso directo desde el puerto a la playa para las personas con movilidad reducida «forman parte de las actuaciones pendientes en el proceso de transformación del Port Olímpic, que todavía está en marcha».

Un acceso adaptado al muelle de Mestral y ascensores
Según B:SM, en la transformación del Port Olímpic se ha puesto en el centro el criterio de la accesibilidad, «para configurar un nuevo espacio público y una instalación conectada plenamente en sus dos niveles (la cota puerto y la cota ciudad), con los barrios y las playas del entorno, y al alcance de toda la ciudadanía». La primera de las actuaciones para garantizar la accesibilidad en las nuevas instalaciones fue el acceso que conecta el muelle de Mestral con la avenida del Litoral y el barrio de la Vila Olímpica, «una conexión con una pendiente suave que elimina barreras y garantiza la accesibilidad de las personas con movilidad reducida».

Por otro lado, y en lo que se refiere a la accesibilidad de las personas con movilidad reducida al dique de cobijo, está garantizada por el puente que se ha habilitado desde el muelle de Gregal y que está conectado al resto de la ciudad por el paso de la avenida del Litoral. Las nuevas instalaciones cuentan también con dos ascensores panorámicos de gran capacidad que comunican los dos niveles del puerto. Y el dique de cobijo dispone de rampas a lo largo de todo el paseo para salvar su desnivel transversal. Según B:SM, «este paseo tiene la función de dique de protección y esto imposibilita la instalación de ascensores, mobiliario, elementos de sombra o plantaciones». Será en la parte final del paseo, la misma que ahora no es accesible, donde se podrían instalar en un futuro nuevas escaleras, rampas o ascensores para que haya una accesibilidad universal. B:SM también destaca el diseño de los locales y restaurantes «para que tuvieran todos sus accesos al mismo nivel, forzando pendientes en pavimentos y remodelando todos los sistemas de recogida de aguas para establecer ámbitos de estancia y paseo prácticamente horizontales».

Accesibilidad para todo el mundo en un futuro
En opinión de la empresa que gestiona el Port Olímpic, todas las intervenciones citadas «muestran el compromiso» de crear un espacio mucho más conectado con su entorno y accesible para todo el mundo. B:SM recuerda que hasta hace dos años, el único acceso para personas con movilidad reducida existente era la rampa para vehículos situada en la calle de la Marina, que se proyectó en los años 80. Y añade que el proceso de urbanización del Port Olímpic continúa desarrollándose, y en las próximas fases «se implementarán mejoras para garantizar a las personas con movilidad reducida el acceso y la circulación en todos los espacios».