El Puerto de Barcelona ha estrenado esta mañana un paseo en la zona de la Nueva Bocana. Centenares de metros que unen el Hotel Vela con el mar, rodeados de yates de lujo. Según el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, estas obras permiten a la ciudad «estar más cerca del mar», aprovechando que este «es uno de los atributos de Barcelona como ciudad mediterránea». Con estas medidas, dice Salvadó, «le damos más potencial» al mar.
La idea de las autoridades es que el complejo, que contará con un mirador y un restaurante, se convierta «en un espacio en lo referente a Barcelona en cuanto a la oferta gastronómica y de ocio». El nuevo paseo, bautizado como la rambla del Ropeolas, reforma un recinto que gana unos 700 metros en el mar. En todo este espacio habrá cuatro grandes actividades: un bar a medio camino, una cafetería a la entrada del Edificio Mirador –al final de todo de la rambla–, el restaurante principal en la primera planta –»de calidad pero accesible a todos los públicos»– y un recinto en el tejado que ofrece vistas del mar y la costa.
Desde este jueves, la ciudadanía puede pasear por la plataforma marítima, aunque el acceso al edificio permanecerá cerrado. Desde el Puerto todavía no se atreven a decir cuándo se podrá estrenar el recinto, aunque dan por hecho que será antes del inicio de la Copa América. El director general de Marina Vela, Albert García, ha indicado que el nuevo espacio será importante durante la Copa América, con vistas «privilegiadas» de la competición. La idea, eso sí, es ir más allá. García cree que la nueva rambla del Rompeolas permitirá a los barceloneses disfrutar del mar «de una forma nueva». A lo largo del recorrido se ha instalado diferentes paneles informativos sobre el Rompeolas barcelonés y textos de autores catalanes.
Barcelona, a punto para la Copa América
El litoral barcelonés está cambiando su apariencia pensando en la Copa América de 2024, la segunda cita deportiva que más personas arrastra a escala global. Entre otros espacios, la llegada de la competición ha acelerado el cambio de piel del Port Vell, que recibirá 120 millones de euros. El Moll de los Pescadores es otro de los espacios que se ha reorganizado, acogiendo una extensa área de placas fotovoltaicas que tiene que ayudar en el día a día de los espectadores.
Siguiendo el ejemplo de los Juegos Olímpicos, Barcelona conseguirá un lavado de cara en el área costera. Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) habrá un impacto económico de 1.200 millones de euros y se crearán 19.000 puestos de trabajo. Estas inversiones son la cara amable de la moneda. Con todo, también hay voces que alertan de los peligros que puede comportar la cita deportiva. La plataforma ‘No a la Copa América’ alerta que la competición subirá el precio de la vivienda y agraviará los efectos del turismo masivo.
