Las trayectorias de las fincas del número 15 de la calle de Tapioles —barrio del Poble-sec— y el número 10 de la calle de en Cortines —barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera— se vieron enjarjes cuando el fondo buitre Second House las compró. Después las puso en venta, a pesar de que vivían vecinos. No pueden evitar temer qué sereno su futuro, lo cual se los ha hecho protagonizar diferentes acciones de protesta.
La última ha sido una rueda de prensa que ha tenido lugar este martes en la calle de Balsas, en el barrio de Sant Pere. Tal como informa el Sindicato de Iinquilinas en un comunicado, los vecinos «han levantado la voz» contra las prácticas de Second House. «La empresa se dedica a adquirir fincas y expulsar locatarios con el objetivo de revender a precios más altos. Esta declaración se ha producido como llamamiento de alerta en otras comunidades afectadas por este entramado», informan. También ha servido para denunciar, tal como dicen, que lo fundes buitre se niega a renovarlos los contratos de alquiler. «No está cumpliendo con la ley que lo obliga a ofrecer alquiler social a las familias que tienen el certificado de vulnerabilidad», añaden.
En la rueda de prensa se ha contado con la presencia de la Isidora, vecina de Tapioles; Cristina, vecina de Cortinas; y portavoces del Sindicato de Vivienda de Casco Antiguo, del Sindicato de Barrio del Pueblo Seco y del Sindicato de Inquilinas. También ha intervenido Diana, vecina de una finca del Arrabal gestionada por Vivenio —la socimi de Renta Corporación— y también está organizada con el Sindicato.
Una caída histórica
La Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona (CPUBCN) ha alertado este martes que la oferta de alquiler en la capital catalana ha caído casi un 60% de media en los últimos cinco años. El organismo atribuye la bajada de la oferta a la carencia de nuevas viviendas, la “inseguridad jurídica” de los propietarios, “la amenaza” de control de alquileres y la voluntad de los que ya tienen un piso alquilado de buscar “estabilidad”. Así pues, según la CPUBCN, la capital catalana “sufre un importante déficit de oferta de pisos causado por una fuerte presión demográfica que no ha sido acompañada de la construcción de nuevas viviendas”.