La desaparición de la gran cubierta de amianto del Eixample encara su recta final. Los trabajos para sustituir dos terceras partes de este tejado de fibrocemento de cerca de 2.500 m² -ubicado en el interior de manzana delimitado por las calles de Aragó, Consell de Cent, Calabria y Viladomat– avanzan a buen ritmo y con toda probabilidad culminarán en los próximos días, tal como estaba previsto inicialmente. Según ha podido saber el TOT Barcelona, los operarios de la empresa Asbestho’s Gestion Desamiantados (AGD) ya han retirado casi la totalidad de las placas de uralita que cubrían la gran nave industrial que durante muchos años perteneció a la compañía automovilística francesa Peugeot y que en estos momentos está en desuso.
Los trabajadores se han centrado esta semana principalmente en la instalación del nuevo techo que sustituye al viejo fibrocemento, que está formado por unas placas de un color rojizo que recuerda al de los ladrillos y que contrasta con el gris desgastado que presentaba el tejado con amianto. De hecho, este cambio de color se hace evidente en la comparación con la parte del interior de manzana donde todavía resiste esta uralita, un terreno ocupado actualmente por un parking que tiene su entrada por la calle de Aragó. En este sentido, desde el Ayuntamiento aseguraban a finales de año que se mantiene incoado un expediente de disciplina urbanística contra los responsables legales del espacio con el objetivo de enmendar el “mal estado de la cubierta y su falta de mantenimiento”.
Inicio turbulento de una desaparición a medias
Hay que recordar que la retirada del gran tejado de amianto se inició el pasado martes 13 de febrero, casi diez meses después de las primeras movilizaciones de un grupo de los vecinos de la veintena de comunidades que conforman este interior de manzana del barrio de la Nova Esquerra de l’Eixample. Las tareas no arrancaron con buen pie, puesto que los inquilinos de los edificios afectados se enteraron de las obras con muy poca antelación, solo unos días antes del comienzo de estas y a través de unas notas informativas que se colocaron en las comunidades y donde se alertaba de este desmontaje, precisando que las obras podían alargarse cerca de dos semanas.
Sin embargo, no todo el mundo recibió este aviso sobre el inicio de la actuación. Estas notas donde también se pedía al vecindario mantener las ventanas cerradas y no tener ropa tendida fuera durante las mañanas que se alargara la retirada de la cubierta no se entregaron a los responsables de los diferentes locales que dan al interior de manzana, que se acabaron enterando de los inminentes trabajos por los vecinos a pesar del evidente riesgo de dispersión de las fibras potencialmente cancerígenas, sobre todo en un espacio con corrientes de viento internas como este. Una vez finalizadas estas obras, las comunidades esperan que se aborde con celeridad la retirada de la otra parte del tejado que todavía quedará en pie para poder ratificar la desaparición completa de la gran cubierta de amianto del Eixample.
