Barcelona ha publicado al Boletín Oficial de la Provincia (BOPV) las nuevas limitaciones del horario de apertura de las terrazas de los bares y restaurantes a las zonas tensionades acústicamente del distrito de Ciutat Vella. Un problema que afecta el distrito desde hace tiempo y en el cual ya se han aplicado medidas restrictivas anteriormente. Con estas nuevas medidas, 28 nuevos establecimientos tendrán que cerrar a las once de la noche cada día de la semana. Es decir, el horario de cierre será más temprano que el actual.
Actualmente, los establecimientos de esta zona del distrito tienen permiso para abrir hasta media noche los días laborables, y hasta la una de la madrugada el fin de semana. Esto, pero, cambiará. Una vez acabe el periodo de alegaciones y quede totalmente aprobada la medida, los locales de las calles Miquel Pedrola y Alegre, al barrio de la Barceloneta, y Fonollar, Carders, Allada-Rojo y Tantarantana, al casco antiguo de la capital catalana, tendrán que recortar sus horarios.
Estas medidas ya se aplican en otros puntos del distrito de Ciutat Vella como por ejemplo en las calles de Joaquim Costa, la plaza de los Ángeles, la calle de Escudellers y la plaza de George Orwell y sus entornos. Las restricciones entraron en vigor a raíz del estudio que se hizo para evaluar los niveles de ruido en estos puntos de la ciudad. Desde entonces, los locales se ven obligados a cerrar las terrazas de sus establecimientos a las 23 horas. Gracias a los aparatos de monitorización se ha podido comprobar que con estas restricciones se superaban los objetivos de calidad acústica que se plantearon desde el Ayuntamiento.
Guerra contra el ruido
Vecinos de diferentes barrios de Barcelona afectados por el fuerte ruido que hay por las noches en la capital catalana se unieron hace poco más de un mes en un acto en la plaza George Orwell para denunciar “el impacto acústico” que sufren. En este acto conjunto se agruparon vecinos de zonas tan diversas como Gracia, el Poble-Sec, el triángulo lúdico del Poblenou, la calle Enric Granados o la Font de la Codorniz molestos por el fuerte ruido que sienten desde casa suya a causa del ocio nocturno de aquellas zonas. “No queremos que Barcelona sea la discoteca de Europa”, afirmen con contundencia.
