Los locales de ocio nocturno barceloneses se preparan para enfrentar la entrada de armas blancas a sus salas. Según ha celebrado la patronal catalana de negocios de restauración y musicales, la FECASARM, hasta nueve discotecas de la capital del país ya han instalado a sus accesos detectores de metales a fin de retirar los objetos peligrosos antes de que puedan afectar la clientela, así como de disuadir aquellos que se planteen cargarlos. Tal como ha declarado a betevé el secretario general de la entidad, Joaquim Boades, estas herramientas «facilitan que las personas que quieren acceder con una arma blanca se lo piensen dos veces porque, si llevan una, se los prohibirá el paso al local».
A parecer de Boadas, la instalación de detectores de metales -sea en forma de arco de entrada o con palas detectoras para el personal de seguridad- es «una muy buena medida» que tendría que llegar a todo el amplio tejido de ocio nocturno de la ciudad. Tal como avanza el mismo medio, a la lista constan algunos locales de especial relevancia, como por ejemplo Sutton, Opium y Shoko; mientras que otros locales como Input o Bastian Beach ya planean tenerlo operativo. Aquellas que lo hagan tendrán el camino más fácil para acceder al certificado de triple excelencia otorgado por la Asociación Internacional de Ocio Nocturno (INA); un reconocimiento para las empresas del sector que garanticen la seguridad de los clientes con, entre otras cosas, sistemas de videovigilancia o protocolos contra las violencias sexuales.

Operación contra las armas blancas
La llegada de los detectores de metales coincide con un ancho despliegue de seguridad, tanto al mundo público como privado, para evitar la presencia de armas blancas en la ciudad. A finales de septiembre, tanto Mossos d’Esquadra como Guardia Urbana intensificaron su vigilancia en este sentido, llegando a intervenir cerca de cuarenta armas durante la primera noche de operativos. En este tipo de despliegues, los cuerpos policiales se centran en cinco puntos clave: las estaciones de metro del Pueblo-seco y el Paralelo, la parada de Jaime I y la vía Laietana, el paseo de Gracia y Plaza Cataluña, el entorno de la estación de Sants y la Rambla del Arrabal, así como la plaza Folch y Torres.

