60 entidades de Barcelona han unido sus fuerzas y han creado la plataforma No a la Copa América, que se celebrará el agosto del 2024 en la capital catalana. Tal como ha informado el ACN, algunas de las entidades han presentado este martes la nueva plataforma en una rueda de prensa y han asegurado que sus efectos ya se notan en la ciudad, sobre todo a distritos como Ciutat Vella y Sant Martí.
Algunas consecuencias son el aumento de precios de productos de primera necesidad, el surgimiento de comercios de lujo, el incremento del precio del alquiler y una «avalancha» de ofertas para comprar pisos para después alquilarlos durante el acontecimiento. «Lo único que aporta es más miseria a la ciudad en todos los ámbitos», ha avisado la portavoz de la plataforma No a la Copa América, Esther Jorquera. Esto no es todo. «Hay vecinos que han recibido 15 llamadas al día para que vendan su piso», ha señalado Jorquera. Entre las entidades que se han adherido, hay decenas de asociaciones y sindicatos de vivienda y entidades de defensa de los derechos laborales, como Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), y otras en contra de macroproyectos como Zeroport o Stop Juegos Olímpicos.
Por su parte, las administraciones públicas anunciaron el año pasado que la capital catalana había sido escogida para celebrar esta reputada competición, después de imponerse a varias ciudades, entre las cuales figuraban Málaga, Cork —Irlanda— o Yedda —Arabia Saudí—. En los últimos meses, autoridades como el Ayuntamiento de Barcelona han reconocido que tienen la intención de acoger más veces esta competición y, a la vez, posicionarse en el mundo de la náutica.
Abrir el Por Vell a la ciudadanía
En cuanto a las instalaciones del Port de Barcelona, la Copa América supondrá que se hagan 17 obras que tienen el objetivo, entre otros, de rehabilitar y abrir el Port Vell a la ciudadanía. Se prevé que cuenten con una inversión publico privada de 86 millones de euros. Un ejemplo es el muelle Barcelona Norte, que la semana pasada despidió en un acto el último crucero que había atracado en esta terminal. Tal como explicó en declaraciones en los medios de comunicación, el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, explicó que aquel acto marcaba el fin del tráfico de embarcaciones comerciales en esta parte del Puerto. “Nos permite iniciar el proceso de apertura de este espacio, ahora restringido a la ciudadanía”, dijo Salvadó, quien a la vez añadió que el 2025 se urbanizará esta terminal para abrirla a la ciudadanía.
