El edificio del paseo de Gracia, 84, un inmueble icónico que acogió la sede de Banca Catalana, alberga desde hace unos días a un referente de la moda mundial. Hugo Boss ha abierto en esta dirección uno de sus mayores establecimientos de Europa. Con más de 1.500 m², en este local funcionó hasta 2021 una oficina del BBVA y en los últimos años un concesionario de coches deportivos eléctricos de alta gama Polestar.

De estilo racionalista, el inmueble de Banca Catalana fue proyectado por los arquitectos Josep Maria Falgas y Enric Tous, entre los años 1956-1968, quienes fueron los ganadores del concurso convocado por la entidad financiera. La web del catálogo patrimonial de la Generalitat dice que es «una de las obras más representativas de la tecnología propia de los años sesenta aplicada a la arquitectura» y destaca la fachada, «construida con paneles aislantes». «Es un plano bidimensional articulado a partir de paños de vidrio y piezas plásticas en forma de paraboloide», añade.

El edificio es ahora un hotel
Mientras que los bajos los ocupa Hugo Boss, el resto del inmueble es actualmente el Hotel Royal, que abrió en 1923 tras una profunda reforma realizada por los arquitectos Ramon Andreu y Núria Canyelles.

Hugo Boss ya tenía un negocio en el paseo de Gracia, 71. Con el cambio de ubicación, refuerza su presencia en la milla de oro de Barcelona, junto a la Pedrera de Antoni Gaudí, una arteria con constantes cambios de negocios y en la cual desde hace años han ido cerrando algunos de sus comercios, equipamientos y restaurantes más emblemáticos, como ha ocurrido recientemente con la tienda de ropa Macson, el restaurante Citrus, la perfumería Regia y el cine Comedia, que se reconvertirá en un Museo Thyssen.
Una historia vinculada al nazismo
La historia de Hugo Boss está ligada al nazismo, ya que su fundador, Hugo Ferdinand Boss, confeccionó uniformes del régimen antes y durante la Segunda Guerra Mundial, como los de los altos cargos del partido, la SS y las juventudes hitlerianas. Conocido como el sastre de Hitler, era un nazi convencido y explotó prisioneros de guerra en sus instalaciones. Actualmente, el grupo italiano Marzotto, que no tiene nada que ver con el fundador de la marca, es el accionista principal de Hugo Boss.


