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Muere Silvestre Sánchez, el propietario del restaurante Salamanca de la Barceloneta

Silvestre Sánchez, el propietario del restaurante Salamanca de la Barceloneta, ha muerto en Barcelona este viernes, a los 88 años. El fallecimiento del empresario ha sido informado por la familia a través de las redes sociales del establecimiento.

Sánchez llevaba más de 60 años viviendo en la capital catalana y fue en la Barceloneta donde decidió abrir un restaurante que se ha convertido en parada obligatoria de famosos, turistas y barceloneses amantes del marisco y los arroces de calidad. Además, el Grupo Silvestre contaba con otros restaurantes, como el Portonovo, en la calle de la Creu Coberta, 37, y la Barca del Salamanca y la Fonda del Port Olímpic. Estos dos últimos establecimientos están cerrados desde la reforma del Port Olímpic.

Ingresado desde hacía dos semanas

Según detalla La Gaceta Regional de Salamanca, Sánchez llevaba unas dos semanas ingresado en un hospital de Barcelona por problemas respiratorios. Había nacido en Aldearrodrigo y la intención de la familia es hacer el velatorio en Salamanca y que Sánchez sea enterrado en el municipio donde nació.

Gran aficionado al fútbol, fue vicepresidente de la UD Salamanca y el pasado 17 de julio colgó en Instagram una fotografía con el jugador del Barça, Lamine Yamal, en el restaurante Salamanca en el cual lo felicitaba por los 18 años y por la renovación. La UD Salamanca se ha despedido de Sánchez con un tweet en el que lo define como «el alma» del restaurante Salamanca y, sobre todo, como «amigo y colaborador cercano de nuestro club durante tantos años».

El presidente de Junts en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis, se ha referido al empresario como «un hombre bueno, amigo de sus amigos y gran restaurador», ha escrito en Instagram. El texto se acompaña de una fotografía de grupo con el concejal con una bufanda del Barça y Sánchez en el centro de la imagen.

Sirera pide dedicarle una plaza en la Barceloneta

También ha tenido unas palabras para el restaurador el presidente del PP en el Ayuntamiento, Daniel Sirera: «Nos ha dejado Silvestre Sánchez, un hombre humilde, generoso y querido por todos». «Quiero que ese trocito de la Barceloneta, entre la playa y su restaurante, se convierta en una plaza que lleve su nombre».

La muerte de Sánchez supone otro duro golpe para la restauración de Barcelona, que en octubre ya perdió a Moncho Neira, el fundador de la marisquería Botafumeiro de la calle Gran de Gràcia. Neira tenía 84 años.

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