Alerta del Ayuntamiento de Barcelona. Más de 230 personas alimentan a las palomas en la capital catalana en 251 espacios. El consistorio barcelonés lo ha constatado en un estudio realizado en 2024. Se trata de un grupo de ciudadanos que el Ayuntamiento define como «grandes alimentadores» y que pueden llegar a dar más de dos kilos de comida al día a estos animales.
El Ayuntamiento dice que es una práctica que se debe dejar de hacer y ha iniciado una campaña de información «para concienciar a la ciudadanía de la importancia de cambiar los hábitos hacia las palomas y evitar darles de comer», ya que ayuda a la superpoblación de estas aves, un hecho que puede suponer un serio problema de salud pública.
Tirar migas o abandonar la comida en la calle
Aparte de los «grandes alimentadores» de palomas, el consistorio ha detectado otros. Unos, los espontáneos, son los que comparten su comida o dejan caer migas, y otros, los pasivos, son los que abandonan en la calle comida para llevar.

Los puntos de mayor conflicto, en Ciutat Vella
Los puntos de «mayor conflicto» en los que se alimenta a las palomas se encuentran en Ciutat Vella.
Según el Ayuntamiento, la población de palomas se puede triplicar o cuadruplicar a consecuencia de un exceso de alimentación. «Puede suponer estrés entre las aves por hacinamiento o posibles peleas y facilita la transmisión de enfermedades«, valora el Ayuntamiento. Además, alimentar a las palomas perjudica también la higiene en la ciudad, genera suciedad y favorece la presencia de insectos o roedores, como las ratas.
Entre las actuaciones que lleva a cabo el Ayuntamiento para controlar la superpoblación de palomas en la ciudad está la reducción de la alimentación antropogénica. La estrategia municipal incluye también dos líneas más de trabajo destinadas a reducir la fertilidad de las palomas a través de la comida, con métodos anticonceptivos con nicarbazina, y dificultar su nidificación, explica el consistorio.