La lucha de la plataforma vecinal Defensem Can Raventós nació hace casi cuatro años para salvar una masía originaria de 1848 y sus jardines, donde se quieren construir 59 pisos de lujo. El objetivo ha sido desde siempre que el Ayuntamiento negociara con la propiedad una permuta para convertir la masía Can Raventós, que está catalogada, en un equipamiento para entidades y los jardines en un espacio abierto en el barrio de Sarrià. Para conseguirlo, el grupo de vecinos que conforman Defensem Can Raventós ha protagonizado en los últimos años varias acciones reivindicativas, a veces llenas de impotencia y otras de gozo.
Una de sus integrantes, la Natàlia Botinas, recuerda al TOT Barcelona con afecto, la que se hizo durante el Carnaval del año pasado. Estaba previsto que parte de la comparsa vecinal de Sarrià estuviera dedicada a la lucha. Botinas tenía que confeccionar un gran árbol invadido de edificios, que emulaban los jardines y los pisos de lujo, pero pocos días antes se rompió la tibia y el peroné. No podía salir de casa. Los vecinos, pero, no se resignaron. “Mi casa se llenó de gente, que fueron pasando en diferentes momentos para confeccionar diferentes partes del árbol. Después lo exhibieron durante la comparsa y una amiga me llevó con silla de ruedas hasta la plaza de Artós para verlo”, recuerda.
La resolución de Antifraude
Durante todo este tiempo, Defendemos Can Raventós también ha tomado varias medidas legales denunciando irregularidades en el procedimiento, y hace poco pudo sentir las típicas endorfinas que generan las victorias de la mano de una pequeña. Se trata del resultado de la denuncia que interpusieron el 19 de noviembre del 2020 a la Oficina Antifraude de Catalunya, donde alegaban que el proyecto se había salido adelante con ciertas irregularidades como presuntos conflictos de intereses por parte del equipo de gobierno del momento. A pesar de que desde el Ayuntamiento siempre han negado este hecho, la resolución de la Oficina Antifraude del pasado 17 de noviembre, facilitada por Defensem Can Raventós, indica que «se ha constatado la existencia de conflictos de interés aparentes en responsables municipales”. Ante esto, considera que se tendría que explicar el proceso del proyecto con transparencia. Aun así, el informe apunta que no se han “observado indicios de influencias indebidas».

Desde la plataforma vecinal, concretamente, señalan posibles vinculaciones entre la promotora BIGDAL 5000 SL y el partido Units per Avançar, que forma parte del PSC y del cual también es parte Albert Batlle, quien era concejal del distrito de Sarrià-Sant Gervasi en aquel momento. Ante esto, Botinas, por su parte, celebra la resolución de Antifraude. “Nos confirma que nuestras sospechas son ciertas y que tenemos razón. También es una pequeña victoria que nos acerca a nuestro objetivo. Queremos que tanto la masía como los jardines se conviertan en el primer refugio climático de Sarriá”, insiste.
En este punto de inflexión de la lucha vecinal, es imposible para esta vecina no pensar en sus orígenes, cuando se sintió “indignada” al conocer el proyecto urbanístico y saber que el Ayuntamiento, de entrada, no había hecho nada para comprar la masía. También piensa en la infinidad de sensaciones y aprendizajes que se lleva de cada acción, como la primera manifestación que organizaron los vecinos y la campaña de pancartas. Consistió a hacer 100 a mano, personalizadas y con mensajes reivindicativos que se colgaron en diferentes balcones en el barrio. Se pueden localizar en un mapa hecho en Google Maps.
En cuanto a las cosas que se lleva de esta experiencia, reconoce que el mejor es el constante apoyo de la gente a la cual han ido explicando el que está pasado al terreno de la masía del siglo XIX y “su capacidad para sumarse”. Lo peor, en cambio, es la falta de voluntad política. “Hay bloqueo mental por parte de muchos políticos que dicen cosas como ‘la propiedad privada tiene derecho’. No negamos este derecho, pero resolvamos, negociamos y basura una permuta para que los vecinos podamos disfrutar de Can Raventós y los pisos de lujo se puedan construir a otro lugar”, añade.
Llevar el caso a la Fiscalía Anticorrupción
El siguiente paso que darán estos vecinos después de la resolución de Antifraude es esperar la sentencia del contencioso–administrativo que interpusieron al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) en enero del 2021 y que, según afirmen, se admitió a trámite el pasado mes de abril y quedó visto por sentencia. En caso de que la futura sentencia sea en su favor y considere que, tal como denuncian, el proyecto también se salió adelante con irregularidades a la tramitación; llevarán el caso a la Fiscalía Anticorrupción.

Tal como detalló Botinas en la rueda de prensa, algunas de las irregularidades urbanísticas tienen que ver con la altura de los pisos, que se prevé que tengan más plantas de las permitidas con relación a la anchura de la calle. Dos más son que la distancia que hay entre la masía catalogada y las nuevas construcciones es inferior a la establecida y que la profundidad de los futuros pisos también es superior al que se pide. “Estas excepciones han hecho que el proyecto haya pasado de los 2.280 metros cuadrados iniciales a 4.174 metros cuadrados. Es una barbaridad”, asegura.