Torre Baró y las Tres Torres. Las Tres Torres y Torre Baró. Pocos barrios de la ciudad están más situados en los antípodas que estos dos. No solo hablamos de una distancia física, uno pertenece al distrito de Nou Barris y el segundo a Sarrià-Sant Gervasi, sino también de una económica, ya que el primero es de las zonas que tiene menos renta per cápita de la capital catalana mientras que el segundo es la que tiene más. Ahora bien, sobre el terreno hay una problemática que comparten y que tiene que ver con cómo está actualmente desplegado el sistema eléctrico en ambos lugares. La cruzada del vecindario de Torre Baró por los cortes de luz es sobradamente conocida. En esta parte de la periferia van prácticamente a incidencia por mes debido al mal estado en el que se encuentra el cableado aéreo que recorre todo el barrio. A esta falta de mantenimiento crónica, se suman los numerosos robos de cobre que desde hace dos años sufren y que pueden llegar a dejar algunos tramos de calles sin electricidad durante días.

«Me gustaría saber cuántos metros de cables se han robado solo en una calle de Torre Baró… Cada vez que pasa podemos estar entre cuatro y seis días sin luz», asegura la Valeria Ortiz, presidenta de la Asociación de Vecinos de Torre Baró. La entidad lleva tiempo reclamando tanto al Ayuntamiento como a las compañías eléctricas que tomen cartas en el asunto para evitar una situación que, sobre todo durante los meses de invierno, puede llegar a darse una vez por semana. Sobre la mesa hay un proyecto para soterrar el cableado eléctrico que costaría cerca de catorce millones de euros, de los cuales solo hay actualmente presupuesto para la mitad. «Sería una solución parcial, pero aún no sabemos cuándo llegará y si se irá al próximo mandato. Solo nos dicen que el plan está en redacción», apunta. Ortiz es consciente de que la orografía del barrio no facilita la intervención, pero destaca que hay medidas como las farolas fotovoltaicas que ya se han implementado en puntos concretos de la zona y han sido todo un éxito, de manera que podrían convertirse en una alternativa a corto plazo. «Tenemos la sensación de que los proyectos que proponen no se acaban de adaptar a nuestras necesidades. Si se hiciera un mantenimiento eficiente de los cuadros eléctricos en lugar de venir cada vez que un vecino avisa a los técnicos…», reflexiona.

Una «prioridad» en la zona alta que por ahora está en un cajón
Salvando las distancias evidentes, el soterramiento del cableado aéreo es también una de las principales reivindicaciones que la Asociación de Vecinos de las Tres Torres desde hace tiempo traslada a la administración municipal. Tenemos un buen ejemplo de esta problemática en las calles que rodean el Mercado de Tres Torres, que están flanqueadas por una maraña de nidos de cables conectados entre sí y sostenidos a unos cuantos metros de altura por postes telefónicos de madera incrustados en las aceras. Los cables pasan en algunos casos a dos metros escasos de las fachadas. «Esto es una prioridad para nosotros porque también dificulta el paseo, pero no se acaba de abordar nunca bajo argumentos sin mucho fundamento. La sensación es de descontento y no puedo decir que haya una buena sintonía con el Ayuntamiento», señalaba precisamente esta semana Julia Herrero, presidenta de la entidad, en un reportaje publicado en TOT Barcelona.
