La agricultura catalana vuelve a salir a las calles en medio de una crisis múltiple que afecta a todas las cadenas del campo. Este mismo martes, Unió de Pagesos ha convocado una tractorada que culminará en la Plaça Sant Jaume para protestar por la ampliación de la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) a raíz de la ampliación del Aeropuerto del Prat de 2002. Durante la marcha, que bloqueará buena parte del centro de Barcelona, el sindicato repartirá productos de la cosecha del Parque Agrario del Baix Llobregat, la zona afectada por la relocalización del espacio especial de conservación animal. «El Parque Agrario es esencial para el abastecimiento de producto fresco DEL Área Metropolitana de Barcelona y PARA el Área Metropolitana de Barcelona y para contribuir a la soberanía alimentaria de nuestro país», sostienen los productores.
El Parque Agrario, «una línea roja»
El manifiesto publicado por los agricultores catalanes en denuncia de la ampliación de la ZEPA alerta que la invasión del Parque Agrario es «un error». «Cada día la agricultura que trabajamos, defendemos la biodiversidad con nuestro trabajo, y esta propuesta de ampliación se pretende hacer en nuestra contra y poniendo en riesgo suelos agrarios de alto valor productivo», han alertado los productores del Baix Llobregat, una de las zonas más cultivables de la demarcación de Barcelona. Una reducción de los cultivos en el Llobregat, alertan, puede limitar la capacidad de la capital de abastecerse de alimentos frescos. «Sin el Parque Agrario, Barcelona se hace aún más dependiente de las importaciones», lamentan desde la agrupación agraria.
Indican, además, que la problemática que afecta al Parque Agrario «no es única del Baix Llobregat». En el conjunto de la región de Barcelona, denuncian, se ha ido tejiendo «un patrón generalizado fruto de decisiones tomadas de espaldas al territorio, y de presiones y proyectos que arrinconan a la agricultura del área metropolitana». Entre otras cuestiones, denuncian la expansión del Agroparc de Ametller en Gelida, en el Penedès; los «proyectos especulativos» que amenazan el suelo agrario en el Alt Maresme o la «imposición» de la agricultura ecológica en el Vallès. «El país necesita una política territorial seria y ejecutada con la agricultura del territorio», subrayan los organizadores de la protesta; razonando que «agricultura y ciudadanía compartimos un mismo futuro: un territorio vivo, productivo y sostenible».
