Este domingo por la mañana han llegado al aeropuerto del Prat los primeros turistas catalanes procedentes de Marrakech, ciudad situada a solo 60 kilómetros del epicentro del terremoto que ha sacudido Marruecos y ha dejado al menos 2.012 muertos y 2.059 heridos —1.404 de los cuales de gravedad—, según el último balance facilitado por el Ministerio de Interior.
En su llegada, los turistas han explicado que han pasado «miedo» y han vivido momentos muy «caóticos». Uno de ellos es Xavier, quien ha dicho que la noche del viernes, cuando se produjo el terremoto, estaba celebrando su cumpleaños en un pueblo situado a 30 kilómetros del epicentro. «Estábamos cenando cuando, de repente, parecía que pasara un metro para el lado de la puerta. Empezaron a caer las paredes y salimos a la calle, donde pasamos la noche», ha indicado. Otro relato que se ha escuchado es el de Antonio, que ha señalado que estaba en un Riad cuando todo empezó. «La casa se movía, empezaron a caer los cuchillos… Salimos deprisa a la calle, la gente estaba llorando y gritando», ha recordado.
Boicot en el minuto de clien
Desde Barcelona, los efectos del terremoto se han vivido desde el primer momento. Esta mañana, el Ayuntamiento había convocado a las 12 horas un minuto de silencio en la plaza de Sant Jaume por las víctimas del terremoto y por todo el pueblo marroquí. El acto, pero, no ha salido cómo se esperaba. Decenas de personas han irrumpido en la plaza de Sant Jaume con banderas españolas y han boicoteado el minuto de silencio con gritos de “fuera”, “Puigdemont en la prisión” o “no amnistía”. Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha condenado los hechos. “Respetamos la libertad de opinión, pero es poco admisible que en un momento tan dramático no se haya respetado este acto”, ha lamentado Collboni en declaraciones a los medios.
