El expropietario de Casa Orsola Albert Ollé, el inmueble que ha sido comprado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Fundació Hàbitat 3 por unos 9,2 millones de euros, dice que con esta adquisición se «blindan» con dinero público «alquileres de privilegiados». Lo ha dicho en una carta pública tras haber formalizado la compraventa del edificio el 20 de mayo.
En el escrito, Ollé subraya que el dinero del Ayuntamiento servirá para pagar los alquileres de personas que «no son vulnerables ni de lejos, mientras miles de barceloneses continúan sin opción de vivienda asequible». El empresario dice sentirse «aliviado» pero también «indignado» por la venta, y considera que todo ha sido una «manipulación orquestada por los Comunes y avalada por el silencio cómplice de los partidos», ha recogido la agencia ACN.
Colau descartó la compra
El intento de desahucio a principios de año del inquilino Josep Torrent se convirtió en un ejemplo de la lucha contra la especulación inmobiliaria. La presión vecinal hizo que el Ayuntamiento moviera ficha y acabara comprando la finca. Pero costó tres millones más de lo que se habría pagado en 2021, cuando el gobierno de Ada Colau descartó la compra por seis millones.

Para Ollé, la imagen de pancartas que claman por el derecho a la vivienda «colgando de un edificio sostenido con los impuestos de todos para blindar rentas de privilegiados» es «obscena».
Inseguridad de los propietarios
El expropietario de la finca carga también en la carta contra «el ahogamiento normativo y la inseguridad jurídica» de los propietarios, y cita situaciones como «las ocupaciones, el tope de los alquileres o unos procesos eternos». Y añade: «Muchos propietarios prefieren vender antes que arriesgarse a perderlo todo». A su parecer, «el propietario no es el culpable, sino la solución imprescindible en un mercado saludable».
Según Ollé, el alcalde Jaume Collboni debe decidir cómo quiere ser recordado. Si como un alcalde que reactivó la construcción de obra nueva -con clara referencia a la necesidad de modificar la normativa del 30% o «quedarse como un nombre más en la lista de los problemas».

