Tot Barcelona | Notícies i Informació d'actualitat a Barcelona
Las playas de Barcelona pierden una hectárea de arena al año
  • ES

La situación del litoral catalán es preocupante, especialmente a la costa de Barcelona. El último temporal de octubre se ha comido hasta 40 metros de anchura de las playas metropolitanas, la pérdida de anchura más importante desde el 1990. Un problema que se añade a la delicada situación que atraviesan las playas de la región. Según los cálculos municipales, las playas de la capital han perdido 129.200 metros cuadrados de arena desde 2010, la última vez que recibieron una donación externa. Es decir, que Barcelona pierde aproximadamente una hectárea de arena cada año ––más de dos campos de fútbol. Una situación que preocupa bastante al Ayuntamiento, que hace nueve años que pide en el gobierno español, que es quien tiene la competencia, que amplíe la arena en sus playas.

Fuentes municipales consultadas por el TOT Barcelona admiten que en 2022 el ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó esta petición, pero mantienen que «hoy por hoy no sabemos los plazos de llegada de la arena». Por su parte, el ministerio de Transición Ecológica explica al TOT que ha invertido 3,85 millones de euros en los últimos tres años en la costa catalana, pero no específica cómo está el traspaso de arena acordado en 2022.

Sea como fuere, el trasvase de arena es urgente y, según los expertos, «casi la única solución a corto plazo». El jefe del Grupo de Investigación Consolidado de Geociencias Marinas de la Universitat de Barcelona, el doctor Miquel Canals, explica que el litoral de Barcelona se ha convertido es uno de los tres puntos más críticos del país, junto con la costa del Maresme, muy castigada por las infraestructuras ferroviarias y las carreteras costeras, y la zona del Delta del Ebro, que tiende a retroceder de forma preocupante después de que las aportaciones de arena sean cada vez más exiguas y alargadas en el tiempo.

Playa de La Barceloneta durante el verano del 2021 / Jordi Play
Las playas, un gran reclamo de Barcelona | Jordi Play

¿Por qué perdemos tantos metros cuadrados de arena?

La costa se ha convertido en el principal reclamo de Barcelona, una de las ciudades de referencia del Mediterráneo, pero podría morir de éxito. Según los expertos, apostar por la economía azul –economía vinculada al mar– tiene muchas ventajas, pero también efectos negativos. El doctor Canals admite que ninguna actuación que afecta el litoral se ha hecho «con espíritu maléfico» y, más allá de acciones pro turísticas, pone de ejemplo los embalses o los muros para prevenir riadas como ejemplos positivos. Ahora bien, todo ello también genera daños colaterales que ahora se ven en Barcelona, por ejemplo, con la reducción de arena.

Hay diferentes motivos que explican la deriva de las playas catalanas. Uno de ellos es que «buena parte del litoral está entorpizado; la línea de costa está ocupada por grandes infraestructuras y esto implica que la dinámica marina está alterada», dice Canals. Por ejemplo, en Barcelona, los efectos de los temporales son más nocivos por este motivo. Un temporal hace derramar tal cantidad de energía a la costa que arrastra arena hacia el interior del mar. Hay una tendencia natural de recuperación, pero esta nunca acaba siendo completa. En todo caso, el gran problema, dice Canals, es que las playas que han modificado su medida habitual complican las tareas de los bancos de arena sumergidos: «Son mecanismos de autoprotección que tienen las mismas playas, pero si la playa es más corta de lo normal, el banco de arena ya no tiene las condiciones suficientes para ser efectivo», explica el geógrafo.

El segundo motivo que explica la bajada de arena tiene que ver con las riadas y la erosión costera de acantilados. «La arena que viene del interior se ha reducido muchísimo», lamenta Canals, que detalla como los embalses «atrapan sedimentos y arena que acaba por no llegar a la cosa». Todavía hablando de los ríos, el profesor recuerda que estamos en periodo de sequía y que a menudo se extrae agua de los afluentes. Todo ello hace que el caudal «sea menor del que tocaría». Y para acabar, aun un tercer punto: «Las grandes infraestructuras hacen que la arena quede atrapada al lado que hay sobrecorriente; por ejemplo, queda atrapada a un lado del Puerto de Barcelona y no circula cuesta abajo, lo que provoca una erosión en esta dirección».

El caso de Barcelona todavía supone una complicación extra. La playa es artificial, hecho que lo envuelve todo. «En este caso no tienen una conexión directa con un sistema natural de alimentación de arena. De aquí que el Ayuntamiento pida que el ministerio haga una intervención de regeneración. A corto plazo, la única fuente para recuperar arena es mediante las aportaciones artificiales. No es, en todo caso, ninguna solución definitiva», dice Canals.

Está prohibido bañarse mientras esté la bandera roja en la playa | Ayuntamiento
Las playas de Barcelona, precintadas y con bandera roja por el mal sido del mar | Ayuntamiento

La solución definitiva, una «utopía»

Los expertos alertan que la erosión de arena de las playas tiene difícil solución. De hecho, Canals cree que la solución definitiva «roza la utopía». «Quizás lo ideal sería restituir el estado original de la costa, pero el litoral es un gran activo económico, de vivienda e industrial, lo que hace que esta idea sea utópica en el contexto actual», reflexiona en voz alta el profesor. «Lo que se tiene que hacer es encontrar medidas paliativas que permitan ampliar el tiempo en que las playas pierden arena», concluye Canals.

Con este panorama sobre la mesa, el trasvase de arena se divisa como la única solución que permite curar momentáneamente la herida. Transportar arena de otro lugar es una opción, como también lo es usar la que te ofrece el mismo mar. «A 135 metros de profundidad, hay grandes bancos de arena que se formaron en tiempo pasado. Se han utilizado y se pueden seguir utilizando en estas operaciones de regeneración», explica el profesor.

Ahora bien, Canals también alerta que, como pasa con el petróleo, la arena «también es un recurso escaso» e insiste que estas soluciones ni mucho menos son definitivas. Cuestionado por si hay otras medidas, el experto apuesta por agregar arena al fondo del mar o por introducir estructuras sumergidas que rebajen los efectos y la fuerza de los temporales. Por último, Canals cree que sería interesante rediseñar, «o incluso eliminar», algunas de las infraestructuras costeras que vallan el paso de más arena.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa