Una tercera parte de las mujeres de la capital catalana aseguran que sufren porque les falta tiempo libre para disfrutar después de cumplir con todas sus obligaciones. Una cifra más elevada que la de los hombres de la ciudad, de los cuales una cuarta parte expresa esta sensación. Así se desprende de la última Encuesta Òmnibus elaborada por el Ayuntamiento, la cual clasifica este concepto como «pobreza de tiempo». Se entiende como pobreza de tiempo la condición de algunos individuos que no tienen suficiente tiempo disponible -al menos tres horas- después de trabajar -en empleos remunerados o no- y después de haber realizado las actividades necesarias del día a día. En detalle, un tercio de las mujeres (32,2%) y una cuarta parte de los hombres (24,6%) manifiestan no tener al menos este tiempo para sí mismos después de haber completado todas las actividades necesarias para vivir.
En esta encuesta, el consistorio también preguntó a los barceloneses si disponen de suficiente tiempo para hacer todo lo que deben hacer en su día a día, y las respuestas muestran que un porcentaje «significativamente más alto» de mujeres asegura no tener suficiente tiempo para realizar todas las tareas cotidianas, especialmente las relacionadas con el cuidado de personas dependientes y la gestión del hogar. Esta diferencia se mantiene bastante estable en comparación con las encuestas de años anteriores, aunque la brecha se hace «más evidente» en determinadas franjas de edad, como la de 35 a 54 años. Desde el gobierno municipal apuntan que estas diferencias se deben al hecho de que la carga de responsabilidades familiares y laborales es mayor que en las otras franjas de edad evaluadas.

Las mujeres sufren más angustia
La encuesta òmnibus también señala que las mujeres sufren más angustia que los hombres por la falta de tiempo, ya que aseguran tener la sensación de ir siempre apuradas. En detalle, un 59,6% de las mujeres respondían a este perfil frente al 49,6% de los hombres. El consistorio relaciona «estrechamente» la percepción con la carga de trabajo doméstico y de cuidados, ya que aseguran que recae «principalmente» sobre las mujeres. Es por este motivo, pues, que desde el gobierno municipal argumentan que las mujeres sufren más angustia que los hombres de la capital catalana. En esta línea, la mayoría de las personas -un 57% de las mujeres y un 56% de los hombres- considera que la dedicación a los cuidados es adecuada, aunque cerca de un tercio de la ciudadanía, tanto hombres como mujeres, consideran que es insuficiente.