Barcelona vivió en julio de 2007 otro apagón masivo, el único durante el siglo XXI comparable con el de este lunes, aunque las circunstancias fueron muy diferentes. Ese incidente comenzó el 23 de julio, en plena ola de calor en la ciudad. El incendio que se declaró en la subestación del paseo de Maragall, muy cerca de la calle de Sant Antoni Maria Claret, fue uno de los detonantes. Previamente, había caído un cable de distribución en las instalaciones que Red Eléctrica Española tiene en el barrio de Collblanc. En un abrir y cerrar de ojos, unos 350,000 hogares de Barcelona se quedaron sin luz. La avería, aunque local, fue muy importante. Seis distritos se quedaron a oscuras, al igual que zonas de los municipios fronterizos, como L’Hospitalet de Llobregat.
Con el tiempo, se supo que había otras subestaciones eléctricas afectadas. Como pasó este lunes, en julio de 2007 hasta el 70% de los semáforos dejaron de funcionar. La avería también detuvo algunas líneas de metro, se tuvieron que desprogramar operaciones quirúrgicas y numerosos comercios y empresas sufrieron pérdidas millonarias. Lo que había en las neveras de las casas se echó a perder. Y decenas de personas con problemas de movilidad se quedaron días encerradas en casa porque no disponían de ascensor. Al cabo de pocas horas del apagón, unas 130,000 recuperaron la luz. Pero el problema estaba lejos de resolverse. La agonía para muchas personas se prolongó dos días y medio, entre 56 y 60 horas, pero en algunos casos estuvieron hasta cuatro días sin luz.

Una de las grandes crisis que sufrió Jordi Hereu
Aquel verano, Jordi Hereu, el actual ministro de Industria y Turismo, era el alcalde de Barcelona. El socialista había ganado las elecciones de aquella primavera con 14 concejales, dos más que la CiU de Xavier Trias. Sin duda, esta fue una de las crisis más importantes a las que tuvo que hacer frente mientras estuvo al frente de la ciudad. Uno de los hechos más llamativos del apagón de 2007 fue la necesidad de recurrir a la instalación de más de 150 generadores en los puntos más afectados. La subestación de Maragall se encuentra en el barrio del Guinardó, pero está cerca del Camp de l’Arpa del Clot y el Clot. En todas estas zonas, los generadores se convirtieron en un elemento más del paisaje urbano y alteraron durante algunas noches el sueño de los barceloneses que los tenían debajo de casa. El último de los generadores no se retiró hasta el 22 de agosto.
Caceroladas y concentraciones de protesta
A medida que pasaban las horas y los días y la situación no mejoraba, los ánimos del vecindario se fueron caldeando. Hubo caceroladas nocturnas, manifestaciones y concentraciones de protesta. E incluso un corte de tráfico en la avenida de la Meridiana.
80,000 reclamaciones y 40 millones en indemnizaciones
Vecinos, empresarios, comerciantes afectados… presentaron hasta 80,000 reclamaciones contra las eléctricas, que tuvieron que hacer frente a indemnizaciones de unos 40 millones de euros. La Cámara de Comercio de Barcelona había cifrado los daños económicos en 62 millones de euros. Además, la Generalitat impuso multas por más de 20 millones de euros a Red Eléctrica Española y Fecsa-Endesa. Las compañías eléctricas recurrieron las sanciones, pero el Tribunal Supremo acabó ratificando la decisión del Gobierno catalán. La Generalitat multó a las empresas amparándose en dos informes -uno encargado por ella misma y otro elaborado por la Comisión Nacional de la Energía a petición del ministerio de Industria- que concluyeron que con un buen mantenimiento de las instalaciones la avería se podría haber evitado.
La reparación fue especialmente complicada y muy larga. Para garantizar que el sistema eléctrico aguantara, se abrieron zanjas en las calles de Barcelona, desde la subestación eléctrica de Urgell hasta la de Collblanc. La subestación de Maragall se calcinó y las obras se prolongaron cerca de un año. Se aprovechó para ganar una línea nueva de alta tensión y poner mallas al cableado de media tensión, dos actuaciones que debían servir para dar una mayor estabilidad a la red eléctrica de Barcelona. En junio de 2008, el teniente de alcaldía de Urbanismo Ramon García-Bragado dijo que era muy difícil que se repitiera una situación como la del verano de 2007 por las inversiones hechas, recogió Europa Press. Hasta este lunes.