El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad del Tercer Sector Hábitat 3 han llegado a un acuerdo para la compra, a través de una fórmula social colaborativa, de la finca de Casa Orsola. Así lo ha anunciado el consistorio, que hará una rueda de prensa para explicar los detalles esta mañana. Con la compra de Casa Orsola por parte del Ayuntamiento se podrá cerrar el conflicto entre la propiedad y los vecinos, que afecta a esta finca centenaria del Eixample desde hace años. De hecho, el desalojo de uno de los vecinos ya se tuvo que aplazar ante la gran movilización ciudadana, y hace unos días, el fondo propietario de la Orsola anunció que abría la puerta a la venta. Lo aseguraba en una carta abierta el responsable de la compañía propietaria, Albert Ollé, quien apuntaba que su única intención era la de “mantener de forma sostenible un edificio modernista”. “Supongo que finalmente acabaré vendiendo la finca. Cuando eso ocurra, es posible que se encuentren con un auténtico buitre que no tendrá ningún interés en preservar el patrimonio ni en encontrar acuerdos”, señala Ollé, quien acusaba a algunos inquilinos de malas praxis y agradecía los intentos de mediación tanto del defensor del pueblo como del Ayuntamiento de Barcelona, aunque reconocía que llegaban “un poco tarde”.

Entidades vecinales intentan evitar el desalojo de Josep, en Casa Orsola en el Eixample. 30.01.2025, Barcelona foto: Jordi Play

Y el Ayuntamiento da el paso

Y al día siguiente, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, recogía el mensaje y anunciaba que el Ayuntamiento estudiaría comprar la Casa Orsola a través de la fórmula del tanteo y retracto si finalmente se concretaba la venta de la finca. Ahora bien, como explicó el TOT Barcelona, el Ayuntamiento ya descartó en 2021 la compra de la finca por seis millones de euros, tres por debajo del precio de mercado, a los cuales se debía sumar medio millón más en rehabilitaciones. Incluso se llegó a hacer una inspección del edificio.

Antes de conocerse la noticia de la compra por parte del Ayuntamiento, tres familias más estaban en el punto de mira del desalojo, y seis familias más del total de 27 viviendas que tiene el edificio tienen contratos que finalizan en los próximos años sin poder optar a una renovación. Esto haría que el inmueble quedara prácticamente vacío, solo con los vecinos de los ocho pisos que tienen un contrato de alquiler indefinido de renta antigua.

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