Una instantánea del reputado fotógrafo barcelonés Eugeni Forcano (Barcelona, 1926 – Canet de Mar, 2018) revivía hace unas semanas el recuerdo de una profesión olvidada que hasta hace solo unos años era esencial. La escena -que fue capturada en 1960 en la calle de los Metges del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera- mostraba a un hombre llevando un carro de dos ruedas cargado de grandes bloques de hielo. La figura del vendedor ambulante de hielo era habitual tanto en la capital catalana como en otros puntos del territorio durante el siglo pasado. Sin embargo, el paso del tiempo y los avances tecnológicos la acabaron convirtiendo en una labor obsoleta.
Hubo una forma de estraperlo muy habitual décadas atrás que hasta cierto punto vivió una situación similar en la ciudad. Esta actividad también quedó retratada entonces y ha vuelto a primera línea este verano a través de las redes sociales. Como en el caso del vendedor de hielo, la fotografía la ha recuperado el usuario Catalunya Color, un perfil que se dedica a poner color a fotografías antiguas en blanco y negro de todo el territorio catalán. La imagen en cuestión es obra del reconocido fotógrafo británico Bert Hardy (Londres, 1913 – Oxted, 1995) y data de 1951. En ella se muestra a una mujer que lleva una cesta llena de llonguets por uno de los callejones del antiguo barrio Xino, actualmente conocido como el Raval. Un transeúnte se ha acercado y está a punto de pagar a la vendedora ambulante por uno de estos pequeños panecillos ovalados, que destacan por tener un surco a lo largo de toda la parte superior y que hasta la llegada de la producción más industrial eran muy populares entre la ciudadanía.
Una dona venent llonguets d’estraperlo en un carrer del Raval de Barcelona, el 1951.
— Catalunya Color (@CatalunyaColor) 14 de agosto de 2025
📸Bert Hardy pic.twitter.com/DDka38uHT8
Del 7 Portes al negocio de la abuela
La escena ha despertado muchas reacciones de usuarios a través de las redes que o bien vivieron esta época o recuerdan historias vinculadas a esta actividad de estraperlo que les contaban sus familiares. «Bajo los arcos del 7 Portes, se ponían a vender, porque en el restaurante solo tenían ‘pan moreno’. Los señores clientes entraban con el llonguet de pan blanco bajo el brazo. Hace 70 años», explicaba uno de estos perfiles. «La abuela decía que nunca compraba. Era muy escrupulosa y las vendedoras escondían el pan bajo el delantal y a veces bajo las faldas. Esta foto con el pan en una cesta es extraña. El estraperlo era muy perseguido», decía otro. «Podría ser la abuela perfectamente», afirmaba un tercero.