El cambio de ratios en las escuelas infantiles de Barcelona ha desencadenado una crisis en Sant Jaume que, de rebote, refuerza una de las peticiones históricas de las maestras: la creación de una plaza nueva en cada escuela. El departamento dirigido por Lluís Rabell había impulsado una redistribución en julio para que cada escuela tuviera un 30% de plazas asignadas a maestras y un 70% a técnicas, pero las quejas de los sindicatos, y sobre todo el perjuicio causado a las docentes mejor posicionadas en la bolsa de sustituciones, provocó una rectificación pública del mismo alcalde. El ejecutivo de Jaume Collboni dio marcha atrás antes de las vacaciones y dejó la proporción tal como estaba, con el mismo número de maestras y técnicas (ratio 50/50) en cada escuela. Aún insatisfechas con la respuesta del ejecutivo, las maestras aprovechan el inicio de curso –y la negociación de un nuevo convenio– para exigir una ampliación de la plantilla que libere de cargas a las docentes y de paso que enmiende el desaguisado generado por el Institut Municipal d’Educació de Barcelona (IMEB).

La redistribución, que ha estado vigente poco más de un mes, afectó a unas 130 plazas que pasaron de tener una categoría laboral A2 (maestras) a una AB (técnicas). En las aulas, este cambio burocrático provocaba llenar con técnicas plazas que hasta ahora se asignaban a maestras. Ambas categorías cobran lo mismo y realizan la misma función, pero tienen listas diferentes. Los sindicatos matizan que no hay 130 maestras afectadas, porque no todas las plazas que han cambiado de categoría han quedado vacantes, pero destacan que hay maestras bien posicionadas en la bolsa que han perdido la opción de optar a las mejores opciones. La referente sindical de UGT, Helena Morillas, recuerda al Tot Barcelona que la mayoría de interinatos –vacantes por jubilaciones que te permiten tener plaza a largo plazo– y las sustituciones de todo un año “ya se asignaron con las condiciones anteriores [ratio 70/30] y ahora es imposible revocar”. 

Morillas lamenta que el IMEB “actuó por su cuenta con el cambio de ratio sin consultar a nadie” y que ha hecho “una gestión muy mala”. Con la crisis sobre la mesa, el Ayuntamiento se reunió el pasado 30 de julio con los sindicatos en un encuentro maratoniano. El sector terminó aceptando el regreso al ratio 50/50 y un referéndum vinculante entre las profesionales –que se hará el 15 de octubre– para decidir si unifican las dos bolsas, lo cual diluiría las opciones de repetir un desaguisado como el de este verano. Los sindicatos aseguran que también salieron con la promesa de que el Ayuntamiento encontraría un lugar para las maestras afectadas. 

Protesta de las trabajadoras de las escuelas infantiles municipales en la plaza de Sant Jaume, en julio | Jordi Subirana

A pesar de todo, con el inicio del nuevo curso, la plataforma Bressol en Lluita ya ha criticado que el Ayuntamiento “ha incumplido el compromiso” y que “muchas compañeras continúan sin lugar asignado y las contrataciones que se están ofreciendo son únicamente sustituciones cortas, de bajas maternales o contratos con duraciones ridículas”. En conversación con el TOT, la referente de la CGT, Sara Escobedo, se suma a las críticas y lamenta que el Ayuntamiento aún no ha mencionado el “agravio” causado con el redimensionamiento de la plantilla. “Se ha vuelto al 50/50, pero no sin paliar los daños ocasionados durante el tiempo que no ha sido así”, se queja. “No se trata de quitar el trabajo a las técnicas que han conseguido la plaza, pero sí de dar una respuesta a las maestras que se han quedado sin. Y el Ayuntamiento, eso, no lo ha solucionado”, argumenta Escobedo. Desde el IMAB, en cambio, aseguran que se han reubicado 33 maestras, más de las que se acordaron en la mesa de negociación. Sea como sea, tanto los sindicatos como la plataforma de afectadas temen que son sustituciones de corta duración, cuando las principales maestras perjudicadas podrían haber alcanzado una plaza fija para todo el año.

Las maestras exigen una plaza más por escuela

Con todo este lío, los sindicatos recuerdan que la solución es fácil. Hace años que reclaman la aparición de una “maestra complementaria” más por escuela. Es decir, que el Ayuntamiento cree cerca de un centenar de plazas nuevas. Son plazas que irían dirigidas a un tipo de docente que, sin ser tutoras, complementarían al resto de compañeras y ayudarían al equipo directivo. Actualmente, todas las escuelas infantiles municipales de Barcelona tienen una maestra complementaria y aquellas escuelas que tienen nueve aulas o más, dos. “Todo el lío de las listas demuestra que hace falta más atención a los centros y refuerza la idea de que necesitamos esta plaza extra en cada escuela”, resalta Morillas, que confía en que el Ayuntamiento acepte la demanda. “De entrada no nos han dicho que no, pero hasta que no haya un nuevo convenio firmado no lo podemos saber”, remata.

Sara Escobedo, de la CGT, es aún más vehemente y lamenta que el Ayuntamiento aún no haya estudiado esta opción. La portavoz admite que es un aspecto que se debe negociar en el marco del nuevo convenio, que recién ahora se está comenzando a hablar, pero no entiende qué motivo ve el IMEB para no “avanzar las conversaciones para esta cuestión”. “Cada día que pasa, las maestras que no pueden trabajar pierden números en la lista. Un día sin trabajar implica que decenas de docentes te pasan por delante. Si el Ayuntamiento crea 100 plazas nuevas, que es lo que pedimos hace tiempo, muchas afectadas podrían volver a trabajar inmediatamente”, se queja Escobedo. La referente de la CGT argumenta que cada vez hay más niños con necesidades educativas especiales, un aspecto que justifica “de sobra” la petición. 

El concejal Lluís Rabell, responsable de Educación del gobierno de Jaume Collboni | Nazaret Romero (ACN)

Lío en Sant Jaume

La negociación del nuevo convenio, que debería aterrizar en octubre y aún tardará en ejecutarse, supondrá una nueva prueba de fuego para el ejecutivo de Jaume Collboni, que en materia educativa ha tenido que hacer frente a los problemas de climatización de algunas escuelas infantiles municipales y al caos de las listas. De hecho, justo antes de irse de vacaciones, los grupos municipales de Junts, Barcelona en Comu, ERC y el PP forzaron un plenario extraordinario para señalar al ejecutivo socialista. Rabell aseguró que se había reunido con los sindicatos y el mismo Collboni verbalizó que se daría continuidad tanto a los puestos de trabajo temporales como a los estructurales. La oposición criticó, prácticamente en bloque, que el gobierno municipal solo se activara horas antes del plenario extraordinario e incluso concejales como Pau Gonzàlez, de los Comunes, tachó de “déspota” al ejecutivo. Meses más tarde, arranca el curso escolar con las aguas aún revueltas y los docentes insatisfechos.

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