La prohibición de fumar en las terrazas de bares y restaurantes abre una batalla entre empresarios y el ministerio de salud. La iniciativa, que forma parte de la ley antitabaco impulsada por la ministra española de Sanidad, Mónica Garcia, es «desproporcionada», según Hostelería de España, la principal patronal del sector en el Estado. «El tabaco en las terrazas no es un problema para la sociedad», ha argumentado el presidente de la entidad empresarial, José Luís Álvarez. De hecho, acusan a Garcia de querer activar una «cortina de humo» para «tapar agujeros en el sistema sanitario». «Es un proyecto personal de la ministra, que busca notoriedad mediática», ha atacado Álvarez.
Debido a estos agravios, los empresarios de la restauración reclaman a la oposición española que presente una «enmienda a la totalidad» de la norma, y se «frene la tramitación». El director del Gremio de Restauración de Barcelona, Roger Pallarols, asegura que los suyos están «en contra de la incongruencia de querer vetar fumar en las terrazas». Concentra, como Álvarez, sus ataques en la parte izquierda del gobierno español; y reclaman ayuda al PSOE, a quien piden que «ponga sensatez» en el Consejo de Ministros. «No estamos en contra de todo el proyecto, sino de la incongruencia de querer vetar fumar en las terrazas», ha concluido.

Sin «apología del tabaco»
Pallarols, sin embargo, defiende que «no hace apología del tabaco» con la petición de mantener el permiso de fumar en las terrazas. Critican, en sus palabras, «la deriva prohibicionista» del gobierno español; a quien han pedido «más altura de miras» para su regulación. El secretario general de Pimec, Josep Ginesta, ha criticado que la ley «imponga a los titulares de los bares y restaurantes un papel de vigilancia activa que excede de sus funciones y capacidades». Por su parte, el director de Relaciones Institucionales de Foment del Treball, Benet Maimí, sostiene que, con el formato actual, «el derecho de los consumidores a disfrutar de la restauración en un contexto sin humo se encuentra plenamente garantizado». Los ciudadanos de Barcelona, argumenta, no tienen «ni una queja por el tabaco en las terrazas», según el último barómetro municipal.