El pasado mes de enero un incendio quemó la emblemática Llibreria de la Plaça del barrio de Sarrià —distrito de Sarrià-Sant Gervasi—. El establecimiento, de las hermanas Rosa y la María Bassedas, ha estado todos estos meses cerrado, pero esta situación de parálisis acabó hace muy poco, cuando reabrió el pasado lunes 21 de agosto.
Han pasado pocos días desde la apertura, pero, al escuchar hablar a Rosa es fácil notar el gozo que le provoca haber vuelto. Explica al TOT Barcelona que esta última semana ha estado de transición, ya que las dos hermanas están volviendo a llenar, poco a poco, el establecimiento de libros y todavía tienen que acabar de terminar algunos elementos decorativos. «Estamos un poco en precario», dice, y a la vez, señala que durante estos días también están adaptándose el nuevo espacio resurgido de las cenizas. «La distribución es completamente diferente a la de antes. Está completamente al revés y nos estamos acostumbrando», señala.
El apoyo vecinal
Lo que más destaca Rosa de la vuelta es el buen recibimiento que las dos hermanas han tenido por parte de los vecinos. «Ha venido mucha gente a felicitarnos y darnos la bienvenida». En este sentido, hay que recordar el apoyo vecinal que han tenido todo este tiempo. Después del incendio, varios vecinos engancharon mensajes de apoyo al establecimiento tapiado. Más tarde, el pasado mes de marzo, algunos se volcaron con ellas para poder celebrar una venta solidaria de libros de segunda mano que ayudara a sufragar el coste de la reapertura del emblemático establecimiento. La iniciativa, que tuvo lugar en el marco del Sarriá Street Market organizado por el Eix Comercial de Sarrià y contó con la colaboración de la Associació de Veïns de Sarrià, fue todo un éxito y permitió recavar todavía más fondo para conseguir hacer realidad la resurrección del comercio.
Ante toda la ayuda recibida, Rosa quiere dejar claro que el apoyo vecinal ha sido básico para poder salir adelante. «El hecho de sentirte acompañada y que la gente valore la librería como un espacio de barrio, nos ha dado mucha fuerza. Sin esta ayuda no habríamos estado capaces de volver a abrir con ilusión», señala y añade: «Ha sido lo mejor regalo. Al final, una situación mala nos ha dado una cosa buena».
Después de esta semana de transición, en la cual han trabajado media jornada cada día, toca continuar trabajando. Rosa explica que la semana que viene ya trabajarán al 100%, abriendo todo el día entre semana y parte del fin de semana. Es un buen momento porque, tal como apunta, mucha gente ya estará volviendo de vacaciones y, además, podrán cumplir con el que han estado diciendo a los vecinos todos estos meses. «Cuando volvéis de vacaciones, aquí seremos, esperándoos», recuerda.
