Uno de cada dos anuncios de alquiler en Barcelona es de temporada. Esta es la conclusión que ha extraído el Observatorio Metropolitano de la Vivienda (OMH) tras analizar los anuncios del portal Habitaclia, que ha tomado como referencia para realizar un estudio de campo. De acuerdo con datos extraídos del análisis, el 50,4% del total de anuncios publicados en Habitaclia el último trimestre de 2024 hacían referencia a alquileres de temporada. Así lo ha detallado el codirector del observatorio, Aleix Arcarons, en una comisión sobre vivienda en el Ayuntamiento de Barcelona, donde también ha señalado que los datos muestran que antes de la aprobación de la Ley de Vivienda española, el alquiler de temporada representaba entre el 11 y el 32%, pero ha llegado a dispararse hasta un 54,1% el tercer trimestre de 2024.
Arcarons ha sido uno de los ponentes que ha participado en la comisión sobre vivienda, que ha contado con expertos para compartir las políticas públicas que se hacen en otras ciudades de Europa para abordar este tema. La secretaria general de Housing Europe, Sorcha Edwards, por su parte, ha situado al Banco Europeo de Inversiones (BEI) como un actor clave para duplicar los planes de inversiones anuales y ha optado por revisar las normas de ayudas estatales para no caer en el riesgo de los actores.
Por otro lado, el director general del Instituto de la Tecnología de la Construcción (Itec), Francisco Diéguez, se ha mostrado partidario de la construcción industrializada para poder reducir los tiempos en construir un bloque de pisos, y así poder solucionar el problema de la oferta de vivienda, en primer lugar, y posteriormente establecer regulaciones para que sean efectivas. En su turno, el presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana, Joan Rafols, ha dicho que es importante incrementar la oferta y construir un sistema para que familias con bajos ingresos puedan acceder al mercado, y ha advertido que Cataluña tendrá 3 millones de habitantes más en el año 2035. «No hay stock para alojarlos», ha alertado.

Discrepancias entre el gobierno de Collboni y la oposición con el 30% de vivienda protegida
Durante la comisión, la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, ha subrayado el «gran consenso» que hay en la capital catalana para que la reserva del 30% de vivienda protegida funcione correctamente, aunque admitiendo que no ha funcionado como se esperaba inicialmente. Bonet ha pedido aprender de las comparecencias, y ha solicitado poner datos sobre la mesa para tener en cuenta que cada realidad es diferente: “Debemos saber qué copiamos y qué no”, ha reconocido. Así lo ha dicho en respuesta a la líder de BComú, Janet Sanz, sobre el modelo del 30% en París y cómo ha sido su recorrido desde su implantación en 2001, sobre el cual Bonet ha recordado que buena parte de las viviendas construidas con este mecanismo cuentan con un doble acceso, separando así la entrada para pisos sociales y los que no lo son, y ha dejado claro que «esto en Barcelona no nos lo podemos permitir».
Aun así, desde los comunes han calificado de «verdad inbatible» el éxito del 30% en París porque, según ha dicho Sanz, ha habido valentía política, además de cargar contra el gobierno. Además, desde la formación remarcan que el exconcejal de Vivienda del Ayuntamiento de París, Ian Brossart, que ha comparecido como experto a propuesta de los Comunes, ha negado que en la capital francesa haya diferentes accesos donde hay edificios con pisos sociales. Brossart ha admitido que la medida generó debate en un primer momento, pero que después de 20 años se ha conseguido llevar la vivienda social a distritos burgueses de París. «Hemos buscado fortalecer la norma y aplicarla», ha defendido.
Por su parte, el concejal de Junts Damià Calvet ha manifestado que para que la medida funcione antes debe haber una colaboración con el sector privado y un ejercicio de reflexión. Rosa Suriñach, de Esquerra Republicana, ha apostado por la regulación, la regeneración y rehabilitación de los edificios. Desde el PP, Juan Milián ha lamentado que Barcelona tenga una alarmante falta de oferta y una sobreprotección de los ‘okupas’ y desde la extrema derecha de Vox se ha defendido la propiedad privada frente al modelo cooperativista.