El Centro de Vida Comunitaria del barrio de Trinidad Vieja es un equipamiento municipal que lleva cerrado desde finales de enero por la presencia de una sustancia tóxica, el formaldehído, tal como avanzó el TOT Barcelona el 2 de octubre. El edificio, situado en la Via Favència con la carretera de Ribes, es nuevo y es mayoritariamente de madera. Se inauguró en marzo de 2022 y 10 meses después tuvo que clausurarse después de que algunos trabajadores presentaran una sintomatología irritativa. El TOT ha tenido acceso a documentación municipal que revela que la presencia del formaldehído «se vincula con los materiales constructivos del edificio, concretamente la madera, según la información de la empresa constructora». A principios de octubre, la equipación seguía sin fecha de reapertura.
El departamento de prevención de riesgos laborales del Ayuntamiento ha elaborado un informe técnico, con fecha 15 de febrero de 2023, que concreta que el cierre del equipamiento fue con «carácter preventivo» y todo apunta que continuará así «hasta solucionar el problema, dado que algunas personas trabajadoras de empresas externas manifestaron sintomatología irritante (picores)». En concreto, las personas atendidas fueron tres, y jefe de ellas era personal municipal. A finales de enero, una mujer tuvo que recibir «atención sanitaria urgente», detalla la documentación del Ayuntamiento.
Reconocimientos médicos, normales
A consecuencia de los síntomas que presentaron estas tres personas, se ofreció al personal del Ayuntamiento que se hiciera un reconocimiento médico, y se indicó a las empresas externas que hicieran lo mismo. Los resultados de los trabajadores municipales concluyeron que todos los profesionales eran «aptos», puesto que tanto la exploración externa como las pruebas complementarias que se hicieron fueron normales. Con altos niveles de exposición, el formaldehído puede provocar algunos tipos de cáncer.
El formaldehído es una sustancia química, inflamable, incolora y de fuerte olor. En la página del Instituto Nacional del Cáncer se informa que se produce «en el ámbito industrial y se usa para la construcción de materiales como tableros de partículas, madera contrachapada y otros productos de madera prensada». Además, se utiliza de forma habitual como fungicida, germicida y desinfectante, y como conservante en tanatorios y laboratorios médicos. El formaldehído también se produce de forma natural a la atmósfera y durante el proceso de descomposición de plantas, y se encuentra también en el humo del tabaco. Las personas se pueden ver expuestas principalmente en el formaldehído por inhalación de gas o vapor de aire o por la absorción de líquidos que contienen esta sustancia.
Ningún otro edificio afectado
Ahora mismo, cabe otro edificio municipal tiene formaldehído, asegura el Ayuntamiento. Según el departamento de riesgos laborales del consistorio, no se usa formaldehído en ningún inmueble municipal que está bajo su cobertura, puesto que no hay lugares de trabajos involucrados ni directa o indirectamente con la manipulación de este agente químico, ni se usa ni se genera esta sustancia tóxica.
Hace unas semanas, cuando lo TOT desveló este caso, las fuentes municipales consultadas explicaron que «en todo momento las mediciones han dado niveles de formaldehído por debajo de los estándares, pero, al ser un centro de trabajo municipal, se ha optado para mantenerlo cerrado de manera preventiva hasta que los niveles de esta sustancia sean próximos a 0″. La toxicidad del formaldehído se debe principalmente a sus propiedades altamente irritantes para los tejidos vivos que entran en contacto con él. Los síntomas más comunes de la exposición al formaldehído son la irritación de ojos, nariz y garganta. Estos síntomas aparecen a partir de concentraciones entre 0,4 y 3 ppm.

El presidente de ERC en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, considera «que el edificio sea declarado tóxico es muy grave. Supone una negligencia en el proceso de construcción que se suma a la larga lista de chapuzas y mal gobierno de estos últimos años». Y añade: «Que después de ocho meses continúen sin tener una solución clara es un mal indicio que puede suponer una pérdida de dinero importante y la falta de un espacio tan necesario como este. Corresponde ahora tomar las decisiones adecuadas para poner el edificio en servicio, pero también se tienen que averiguar responsabilidades a todos los niveles».
Un presupuesto de 6,7 millones
El equipamiento tiene cuatro plantas de unos 500 metros cuadrados cada una, con una superficie total construida de 2.000 m² más la urbanización de una plaza. El edificio se construyó con materiales sostenibles y no contaminantes. Con un presupuesto de 6,7 millones de euros (según los datos que aparecen en la página del despacho de los arquitectos, Haz Arquitectura), está pensado en clave de eficiencia energética, puesto que aprovecha el calor del suelo para mantener el termómetro interior estable, tanto en invierno como el verano. Se da la circunstancia que el edificio ha sido reconocido en varios certámenes. Por ejemplo, ha sido seleccionado a los premios FAD 2023 y nominado en el mejor edificio ArchDaily Awards 2023.
Cuando la equipación levantó la persiana el marzo de 2022 se dijo que disponía de unos servicios sociales y comunitarios innovadores. «Este centro es fruto de una propuesta innovadora y renovada para gestionar la política social desde la proximidad, y quiere garantizar la presencia municipal al barrio de Trinitat Vella con una equipación que agrupa muchos servicios municipales, abierto a la ciudadanía con un horario de atención muy amplio», explicaba el consistorio en una nota de prensa. Trabajan unos treinta profesionales y dispone de salón de actos, recepción, espacio de actividad física, salas de reuniones, talleres, salas polivalentes de diferentes dimensiones y zonas de estancia y acogida. El cierre no ha afectado los diferentes servicios integrados en el Centro de Vida Comunitaria, que continúan abiertos atendiendo la ciudadanía en diferentes equipamientos próximos adaptando su actividad a la espera de la reapertura del edificio.