Las familias de la escuela La Rambleta del Clot exigen una solución urgente para su patio, que se inunda y colapsa cuando llueve de forma abundante o muchos días seguidos. Las familias lamentan que el patio ha empeorado con las mejoras que el consorcio hizo en 2023 y que un año más tarde aún nadie ha corregido los desperfectos, a pesar de haber hecho varias comunicaciones. «Hay días extremos y otros que no tanto, pero cuando llueve mucho el patio queda completamente impracticable, se convierte en un lago, y algunos alumnos tienen que quedarse en las aulas», explica a este diario Diego Tabera, miembro de la AFA. El consorcio ha prometido ahora que enviará un equipo el lunes 24 de febrero para intentar solucionarlo.
La escuela tiene dos zonas de recreo, una pista de fútbol donde suelen jugar los alumnos mayores y la crítica, amplia y de arena. El centro se acogió en 2023 al programa ‘Reformem els patis’ para mejorar el de arena y ya entonces, según explica la AFA, se avisó de los problemas que generaba la lluvia. «No eran problemas tan críticos como ahora, que se inunda», recuerda Diego, que recuerda que aceptaron simplificar la obra para poder desviar fondos al control del drenaje. «Nos pidieron ayuda para saber qué elementos eran necesarios y nosotros explicamos el problema con el agua. Se hizo un proyecto más básico, con menos árboles, menos zonas de sombra y juegos para poder tener presupuesto para el drenaje, pero en septiembre, cuando volvimos, vimos que el patio se inundaba mucho más que antes», detalla Diego. El portavoz de la AFA calcula que el patio se inunda un par de veces al mes de media y confirma que los alumnos de los primeros cursos, que habitualmente utilizan la zona de arena, tienen que quedarse en las aulas.

Sensación de abandono
Desde la AFA también temen que la humedad que se acumula con el agua pueda acelerar el deterioro de las zonas de juego, que a pesar de ser de una madera resistente al agua podría desgastarse por el exceso de humedad. «El patio también se utiliza para actividades pedagógicas, para lo que es la enseñanza en sí, por lo tanto, también es una cuestión pedagógica», insiste Diego. En este patio también hay un huerto que cultivan alumnos de tercero, que también queda impracticable cuando llueve de forma abundante.

«Todos los patios, en todas las escuelas, tienen charcos de agua si llueve, pero no llegan al extremo de La Rambleta», concluye el portavoz de las familias, que sospechan que ha habido una desidia en el control de la reforma. Defienden que arquitectos consultados por la asociación les dicen que una obra de estas características debería tener un seguimiento posterior y apuntan que, en cambio, la sensación que han tenido estos meses es de «abandono».