Tal día como hoy, el 15 de mayo de 1954, hace más de 70 años, se inauguró una de las estaciones históricas del metro de Barcelona. Se trata de la parada de Fabra i Puig, de la L1. Lo recuerda el historiador José Luis Martínez Díaz en un post en la red X y lo han confirmado fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) al TOT Barcelona.
#TalDiaComAvui el 15 de mayo de 1954, se inauguraba la estación de metro de Fabra i Puig en #SantAndreu. La prolongación del Transversal (línea 1) completaba los 10 kilómetros de línea que se mantuvieron catorce años. #ConfinemElsCotxes pic.twitter.com/W1zUXyVqje
— José Luis Muñoz Díaz (@JoseLuisSTAP) May 15, 2020
Con la apertura de la estación de Fabra i Puig, se completaban los 10 kilómetros que en 1954 tenía la línea y que se mantuvieron durante 14 años, recuerda el historiador. Ahora, la L1 es la línea más utilizada de toda la red de metro, con más de 125 millones de validaciones el año pasado, el 27% del total, según los datos facilitados por TMB.
El ‘Transversal’
Conocida popularmente en sus inicios como el Transversal, la línea -oficialmente Metropolitano Transversal– se puso en funcionamiento el 10 de junio de 1926 con un tramo entre la Bordeta y Catalunya, 4.063 metros y nueve estaciones: Bordeta, Mercat Nou, Sants (ahora plaza de Sants), Hostafrancs, España, Rocafort, Urgell, Universitat y Catalunya, explica TMB en una publicación. Actualmente, la L1 tiene 30 estaciones que unen los municipios de Santa Coloma de Gramenet, Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat, 20,7 km de longitud.

Los hermanos Ferran y Roman Fabra i Puig
La parada de Fabra i Puig toma el nombre del paseo de Fabra i Puig, donde está ubicado uno de los accesos. Desde 1918, el paseo recuerda a los hermanos Ferran y Roman Fabra i Puig. Fueron los fundadores de la fábrica de hilaturas Fabra i Coats, convertida ahora en un equipamiento municipal de creación artística. Ferran Fabra i Puig también se dedicó a la política y fue diputado, senador y alcalde de Barcelona entre mayo de 1922 y septiembre de 1923, cuando tuvo que dejar el cargo tras el golpe de estado de Primo de Rivera.