Primera jornada del juicio del crimen del Gaixample. La defensa del acusado de matar a golpes a Josep Sotomayor, copropietario del bar de ambiente
En esta primera sesión, se ha escogido el jurado, y las partes han establecido los límites de la acusación y la defensa. El fiscal se ha ratificado en el escrito de calificación, en que defiende que la víctima no tuvo ninguna oportunidad de defenderse. La acusación particular, que representa su marido, pide un año más de pena que la fiscalía. La defiende, en cambio, ha pedido la libre absolución, o de manera subsidiaria, el eximente completa por grave alteración psíquica en el momento de los hechos e intoxicación por bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas y análogos.

Se conocían de antes
La segunda jornada se espera que aporte más detalles. De hecho, el acusado se negó a declarar durante la instrucción del caso, pero, en cambio, cedió su ADN a los investigadores para hacer la comparativa con los rastros encontrados al escenario del crimen así como su pin de acceso al Móvil. Se espera que a la sesión de mañana rompa el silencio. Mientras tanto, el abogado defensor ha hecho valer que lejos del relato del fiscal que víctima y agresor se conocieron el anochecer de los hechos por una entrevista de trabajo, se conocían de antes.
El acusado, siempre siguiendo la narración del letrado defensor, ya no giraba del todo redondo aquel anochecer fatídico. Todavía más, el historial médico aducido por parte del defensor, aportaba hasta casi una docena de atenciones por brotes psicóticos. Sea como sea, víctima y acusado fueron al domicilio del asesinato. Un golpe a la vivienda, la víctima le habría pedido «mantener ciertas prácticas sexuales» que al agresor, irascible e intoxicado por las drogas y el alcohol, le brotó una psicosis tóxica, que le anuló del todo sus capacidades. Y se van liaron en un forcejeo que acabó en tragedia. De hecho, cuando fue atendido por los médicos después de ser detenido reclamó su medicación ansiolítica. En conclusión, la defiende considera que no hay delito.
Las acusaciones no lo ven igual
Según narra el ministerio fiscal, la tarde del 28 de octubre, el acusado llegó al bar propiedad de la víctima para celebrar una entrevista de trabajo. Finalmente, hacia medianoche, ambos -víctima y acusado- decidieron abandonar el local y dirigirse al domicilio del asesinato con el objetivo de mantener relaciones sexuales. El presunto asesino golpeó con diferentes objetos que encontró por el domicilio de la víctima en el jefe, en el cuello, al tórax y a las extremidades.
Los fiscales consideran que las heridas, su contundencia, que el acusado quería poner fin en la vida de su acompañante, o en todo caso, sabía que “tenía altas probabilidades de causarle la muerte”. La víctima murió desangrada por las veces que llegó a recibir. La acusación pública remarca que el asesinato no tuvo ninguna posibilidad de defensa “eficaz”. “Se encontraba desnudada, indefensa y sorprendida por cómo fue de inesperada la agresión y por el alta concentración en alcohol a la sangre (1,8 mgr/l a la sangre) que lo afectaban gravemente su capacidad de respuesta y reacción”, ha insistido el fiscal. .
Una vez puso fin en la vida del propietario del bar People robó la billetera de la víctima, un Ipod y varios perfumes. Los vecinos alertaron a los Mossos d’Esquadra que algo pasaba. La policía se personó cuando faltaban cinco minutos por las tres de la mañana y pillaron el acusado con la descripción recogida por testigos. El hombre estaba ensangrentado y con los objetos personales que habría sustraído a la víctima. Los Mossos lo detuvieron y después de las primeras pesquisas pasó a disposición judicial y en situación de prisión provisional.