El desalojo de este martes por la mañana de la Antiga Massana ha sido un fuerte golpe sobre la mesa del Ayuntamiento de Jaume Collboni la misma semana que está previsto el desalojo del último vecino que resiste en la Casa Orsola. Ante estos dos desalojos, y en plena crisis por la vivienda -una de las principales que golpea la capital catalana-, la comunidad docente barcelonesa planta cara a «la emergencia habitacional»: «Los equipos educativos [formados por docentes, personal socioeducativo y otros profesionales de la escuela catalana] de la ciudad de Barcelona decimos basta! La vivienda digna es un derecho y no podemos desligarlo del derecho a la educación», exclama la plataforma docentes 080 a través de un comunicado, al cual se han adherido más de un millar de profesionales del sector educativo de la capital catalana.
Según denuncian los docentes, «el abuso del precio del alquiler y el clasismo inmobiliario» crea una dinámica que «vulnera el derecho a la educación de jóvenes e infantes e impide que puedan seguir los aprendizajes con normalidad«. Es por este motivo que, a través de un comunicado, los profesionales de la escuela catalana exigen a las administraciones, tanto la que encabeza Jaume Collboni como la que preside Salvador Illa, «aplicar los protocolos y las leyes de protección integral de la infancia y priorizar el interés superior del menor en todo lo que afecte derechos fundamentales, especialmente en la lucha contra el sinhogarismo». En esta línea, reclaman poner fin a la fuerte presencia de cuerpos policiales en los «desalojos con menores o personas vulnerabilizadas», ya que advierten que tiene efectos directos en el desarrollo educativo, entre otros, de los infantes.

La lucha, también en la escuela
El colectivo de docentes y personal educativo considera que, más allá del papel de las administraciones, la lucha por la vivienda también debe hacerse desde la escuela. Es por este motivo que reclaman «consolidar los equipos educadores [formados por personal docente y socioeducativo] en los centros de la ciudad con el objetivo de propiciar un trabajo de equipo estable y multidisciplinario, capaz de dar una respuesta educativa más global a la realidad de nuestro alumnado más vulnerabilizado». En esta línea, tal como han manifestado los sindicatos de docentes en diversas ocasiones, también exigen «más recursos» para la escuela para atender «de forma eficiente la realidad educativa, personal y social de nuestro alumnado»: «Debemos garantizar la igualdad de oportunidades a todos los infantes y jóvenes de la ciudad», exclaman en este mismo comunicado. La comunidad educativa de Barcelona, pues, siguiendo los pasos de la plataforma de docentes que se unió para detener los desalojos de Salt (Girona), también se une en la lucha por la vivienda de la capital catalana.