Barcelona está un paso más cerca de cumplir con las normativas europeas en cuanto a la contaminación atmosférica. La calidad del aire en la ciudad ha mejorado por segundo año consecutivo, alcanzando los niveles más bajos de dióxido de nitrógeno (NO2) registrados hasta ahora. Esta es la conclusión que se extrae del análisis de las diferentes estaciones de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica distribuidas por la capital catalana, gracias a las cuales se puede constatar este descenso de la presencia de estas partículas contaminantes, que están vinculadas sobre todo con el tráfico rodado.
Según los datos municipales recogidos por la ACN, la estación de vigilancia del Eixample, que es la que habitualmente registra niveles más altos por el volumen de coches, durante el 2024 pasó de los 35 µg/m³ de NO2 en 2023 a 33 este año, mientras que la de Gràcia-Sant Gervasi ha cerrado el año con un promedio de 27 µg/m³, los datos más bajos de toda la serie histórica. Aparte, también bajan los niveles en las estaciones de fondo de la Ciutadella (de 27 µg/m³ de NO2 a 25), de Palau Reial (de 17 a 16), Poblenou (de 24 a 23) y Sants (de 20 a 19). La única estación de la ciudad que aumenta es la de la Vall d’Hebron (de 19 a 20).
En cuanto a las partículas PM10, más relacionadas con aspectos meteorológicos y ambientales, los datos municipales también indican una tendencia descendente respecto al año anterior. Por ejemplo, la del Eixample pasa de 27 a 22 y la de Palau Reial baja de 16 a 15. Todas estas cifras hechas públicas por el consistorio indican que Barcelona cerró el 2024 dentro de los límites establecidos que marca la Unión Europea, pero lejos de los que plantea la OMS. Sin embargo, la ciudad deberá seguir reduciendo la contaminación del aire para cumplir con los nuevos umbrales que Bruselas impondrá dentro de cinco años y que aún están bastante por debajo de los datos barceloneses.
Más uso del transporte público y vehículos más sostenibles
Desde el Ayuntamiento atribuyen estos buenos resultados por segundo año consecutivo principalmente a las medidas para aumentar el uso del transporte público, la electrificación de flotas, la apuesta por vehículos más sostenibles y la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). En este sentido, la teniente de alcaldía de Urbanismo y Transición Ecológica, Laia Bonet, ha adelantado que la intención municipal es acelerar la evolución de este cordón marcado por las rondas para seguir reduciendo la contaminación en la ciudad.