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Apagón masivo sumerge a Barcelona en el caos

A las doce y media se apagaba todo. En un acto reflejo, seguramente muchas personas se acercaron al contador de la luz de sus oficinas o domicilios para comprobar el diferencial. Todo en orden. «Debe haberse ido la luz en el edificio», pueden haber pensado muchos. Una mirada al teléfono móvil confirmaba que en la mayoría de casos tampoco había internet ni cobertura. Las sospechas aumentaban. Pocos minutos después llegaban los primeros mensajes y reacciones en las redes sociales. Los afortunados que aún tenían conexión a internet denunciaban un apagón eléctrico que parecía afectar a varios puntos del territorio catalán. La realidad, sin embargo, era aún más grave: la incidencia estaba causando estragos en todo el estado español, Portugal y una parte del sur de Francia. Todos los servicios ferroviarios de la ciudad -metro, trenes de Renfe y Adif, Ferrocarrils de la Generalitat y el servicio de tranvía- quedaron detenidos. Los semáforos dejaron de funcionar en buena parte de las calles y a lo largo del día los Bomberos de Barcelona realizaron cerca de 500 servicios, la mayoría para rescatar personas que se encontraban atrapadas en ascensores o en transportes.

Un pequeño generador de emergencia al que estaba conectado el wifi de la redacción permitió que los periodistas del TOT Barcelona y El Món pudiéramos contar estas primeras horas de caos. Si la situación ya era grave de por sí, las primeras informaciones que llegaban del transporte público catapultaban la magnitud de la incidencia a otra dimensión. En la calle, el escenario no era mejor. El apagón general había dejado sin servicio buena parte de los semáforos de la ciudad, provocando un caos circulatorio total. Las intersecciones se habían convertido en un juego de fuerzas donde, con el paso de los minutos y al darse cuenta los conductores de que no se trataba de una afectación puntual, imperó mayoritariamente el sentido común. Esto no evitó que se generaran importantes colas para moverse en cualquier dirección encadenando tramos con semáforos en funcionamiento y sin ellos. La Guardia Urbana tuvo que poner orden en algunas intersecciones complicadas con gran volumen de vehículos como las de la avenida Diagonal con las calles de Entença y Numància o con la avenida de Sarrià.

Pasajeros atrapados en Sants

Dos horas después del apagón eléctrico y con la falla del resto de transportes públicos, las líneas de autobús se convertían en los únicos medios operativos que podía utilizar una gran parte de la ciudadanía para volver a sus casas o desplazarse de un punto a otro de la ciudad. De hecho, los buses de TMB han ido llenos a rebosar durante todo el día. Esta situación dejó imágenes de buses a tope que no podían subir más pasajeros y de aglomeraciones en torno a las paradas de personas sin ninguna otra alternativa a su alcance para volver a sus domicilios, ir a buscar a los niños a la escuela o simplemente moverse por la capital catalana y su periferia. Hacia las dos de la tarde, en la parte alta de la Diagonal, mucha gente ya había optado por emprender el camino a pie a través del municipio de Esplugues de Llobregat para intentar acercarse a sus casas en una verdadera procesión. A medida que pasaban las horas y el apagón no se solucionaba, también se suspendieron las clases de la tarde en las universidades y las tiendas cerraron, como por ejemplo las del Portal de l’Àngel.

Flashbacks del coronavirus y radios con pilas

En este punto de la jornada, muchos ya habían tenido tiempo de pensar en la comida que se estaba estropeando en sus neveras. Los supermercados comenzaron a llenarse de personas que, en un pequeño ataque de histeria colectiva de una magnitud que no se veía desde el estallido de la pandemia del coronavirus y el anuncio del confinamiento, se acercaron para coger provisiones y productos de primera necesidad. Mientras los empleados de un céntrico establecimiento de les Corts tapaban con una tela los productos frescos que ya no podían aguantar refrigerados, los clientes avanzaban a paso ligero peinando los diferentes estantes buscando sobre todo conservas y agua embotellada. El papel higiénico, sin embargo, volvió a ser como hace cinco años lo más buscado y casi todos los clientes que llegaban a las cajas para pagar lo hacían con al menos un paquete de rollos en las manos.

Con la mayoría del sistema eléctrico inoperativo, la radio volvió a ser como antaño la única vía que tenía a su disposición la ciudadanía para informarse. Durante unas cuantas horas, no hubo prácticamente ningún otro medio para poder conocer la evolución de las afectaciones y conectar en directo con las comparecencias de las autoridades al respecto. Varios ciudadanos desempolvaron las viejas radios con pilas para poder sintonizar con las emisoras informativas. Otros optaron por ir directamente a comprar una en algún establecimiento cercano. También se hicieron colas a última hora de la tarde en comercios para comprar velas y pilas. Pocos minutos antes de las nueve de la noche, la normalidad comenzaba a volver a los hogares barceloneses con la recuperación progresiva de la luz en la mayor parte del territorio después de más de ocho horas.

Un comercio de la avenida Josep Tarradellas de Barcelona sin luz | Gerard Escaich Folch (ACN)

La estación de Sants estará abierta toda la noche

La situación ha sido tan caótica que numerosas personas se han quedado sin medio de transporte. La estación de Sants ha sido desalojada por los Mossos d’Esquadra, al igual que todas las estaciones de metro. Cientos de ciudadanos se han quedado atrapados en el interior de los convoyes de metro y trenes, y a media tarde aún había pasajeros atrapados en trenes de alta velocidad en diferentes puntos del Estado. Según la Generalitat, los trenes de Rodalies y los Ferrocarrils de la Generalitat no volverán a funcionar hasta el martes. Para los ciudadanos que no tengan alternativa y quieran pernoctar en la estación de Sants, esta estará abierta toda la noche. Por otro lado, el Ayuntamiento pondrá a disposición de la ciudadanía cuatro pabellones deportivos para dormir: Can Ricart, Can Dragó, la estación del Norte y la España Industrial. En total, unas 1.200 camas.

El alcalde Jaume Collboni, este lunes por la tarde, en una atención a los medios / ACN-Bernat Vilaró

El TOT Barcelona se ha encontrado con cuatro personas de Sabadell que, cartel en mano, buscaban en la Diagonal un coche para volver a su municipio. A las puertas de la estación de Sants, numerosos viajeros buscaban un medio de transporte para volver a casa, ya sea un coche de alquiler o un taxi. Un taxista, César, ha explicado a la agencia ACN que «hay gente desesperada, que no puede llegar a casa o que tiene que ir fuera. Es un caos», ha admitido. Otra viajera, Yaizar, acababa de llegar de Madrid después de ocho horas de viaje y se encontró que sin dinero en efectivo no podía llegar a Granollers.

La red del metro, restablecida en un 30%

Los primeros pasos para el regreso a la normalidad no llegaron hasta bien entrada la tarde, cuando se pudo recuperar la electricidad en el 20% del territorio catalán. Esto permitió reabrir algunos tramos de la red del metro, como las líneas L1 -entre las estaciones de Fondo y Sagrera- y L5 -entre Diagonal y Cornellà. También las líneas L9 Norte, L10 Norte, L9 Sur y L10 Sur, así como las tres líneas del tranvía del sector Llobregat. A estas horas, se ha podido restablecer un 30% de la red del subsuelo de la capital catalana. Así lo confirmaba en una comparecencia a las siete y media de la tarde el alcalde de Barcelona Jaume Collboni, que aseguraba que un tercio de la ciudad ya había recuperado la luz y destacaba que durante la noche del lunes al martes las luces de las calles de Barcelona no se encenderían para economizar. Horas antes, el Ayuntamiento había activado en la ciudad la alerta de Protección Civil. En la rueda de prensa, Collboni hizo un llamado a minimizar los desplazamientos, a ahorrar batería del móvil y a seguir las indicaciones de las autoridades. Para garantizar la seguridad durante la noche, unos 7.000 mossos patrullarán por municipios de Cataluña, también en Barcelona.

Colas de pasajeros en el aeropuerto de Barcelona, donde se han producido cancelaciones y retrasos de vuelos / ACN-Àles Recolons

Vuelos retrasados y cancelados en el aeropuerto

El aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-el Prat no sufrió afectaciones significativas las primeras horas del gran apagón de este lunes, pero la situación cambió al comenzar la tarde, cuando se empezaron a registrar retrasos en algunos vuelos, de entre tres y cuatro horas, e incluso se produjeron algunas cancelaciones, especialmente con destino a Lisboa, uno de los otros aeropuertos del sur de Europa afectado por el apagón.

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