Rosa Peral no deja a nadie indiferente. La exguardia urbana, condenada a 25 años de prisión por el asesinato de su expareja, ha concedido una entrevista en Catalunya Ràdio, que se emitirá mañana miércoles, y ha participado en el documental de Netflix sobre el caso, conocido como ‘el crimen de la Guardia Urbana’.
Según ha avanzado El País y ha confirmado la ACN, el Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña estudia si sancionará Peral, interna en la prisión de Mas d’Enric, en Tarragona, por hacer un mal uso del régimen interno de comunicaciones, un mal uso que supone una falta leve para los reclusos del sistema penitenciario. Esta falta leve puede suponer una alteración de la vida diaria de Rosa Peral en la prisión y de su régimen de visitas y comunicación.
¿Por qué se sanciona a Rosa Peral?
Los presos no pueden llamar a cualquier persona. El sistema penitenciario solo permite la comunicación con familiares o amigos, y con una serie de números de teléfono que están totalmente determinados y limitados. En el supuesto de que una reclusa, como Rosa Peral, quiera dar una entrevista a un medio de comunicación, tendrá que comunicarlo a la dirección de la prisión, que decidirá, junto con asuntos penitenciarios, la junta de tratamiento y comunicación si autoriza, o no, la concesión de la entrevista.
¿Qué criterios se siguen para autorizar, o no, una entrevista a una reclusa?
Desde las instituciones penitenciarias valoran varios factores a la hora de autorizar o desautorizar una entrevista. No tiene que alterar la rutina del centro, se tienen que valorar varias cuestiones de seguridad y qué impacto puede tener en la inserción de la reclusa o la protección de las víctimas, entre otros factores.
Si la dirección del centro confirma la entrevista, esta se tiene que realizar con papel y lápiz, a través de los locutorios de comunicación. Los medios audiovisuales tienen denegadas las entrevistas.
