El teniente de alcaldía del área económica del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, ha cargado contra la protesta contra el turismo masivo que se hizo el sábado en el centro de la ciudad y que reunió a unas 2.800 personas y 140 entidades. En un hilo en la red X, Valls dice que el debate sobre el turismo es «complejo y global» y no necesita soluciones «simplistas o acusatorias». El cargo del PSC también «condena» que se lanzara agua contra los turistas.
Protesting against mass tourism must be compatible with respect for the people who visit Barcelona. This is a complex and global debate that does not want simplistic or accusatory solutions. (1/2)https://t.co/eyPsa1HWRF@BBCWorld @bbcmundo
— Jordi Valls (@JordiValls13) July 8, 2024
Valls ha publicado tres posts. En el primer escrito adjunta un artículo de la BBC de la manifestación titulado 
Sector económico importante
Según el teniente de alcaldía y regidor del distrito del Eixample, «la protesta contra el turismo de masas tiene que ser compatible con el respeto a las personas que visitan Barcelona. Este es un debate complejo y global que no quiere soluciones simplistas y acusatorias», ha valorado. Para Valls, el turismo es «un sector económico importante» para la ciudad. «Desde el Ayuntamiento estamos impulsando medidas pioneras para gestionarlo, mejorando el equilibrio y el retorno social». Valls concluye condenando los hechos ocurridos el sábado. Los convocantes denunciaron que el turismo masivo provoca desigualdades sociales, problemas de acceso a la vivienda y crisis medioambiental.

El mismo día de la manifestación, el alcalde Jaume Collboni ya dijo la suya. Collboni hizo escribió en la red X un post en el que remarcaba el compromiso de su gobierno de “limitar la masificación turística”, y recordó que el plan es eliminar, a finales del 2028, más de 10.000 pisos turísticos en la ciudad, en cumplimiento del decreto de la Generalitat que regula esta actividad, para que vuelvan al mercado residencial. Collboni rechazó “soluciones simplistas” al problema e hizo bandera de las medidas que está impulsando desde el consistorio. Además de querer poner fin a los HUT (Viviendas de Uso Turístico), el ejecutivo socialista ha subido la tasa turística, hasta los cuatro euros por turista y noche en la ciudad (el máximo permitido), y reducirá el número de cruceristas que no pernocten en Barcelona.



