Una palmera datilera mató a una joven activista trans y sintecho en el barrio del Raval el pasado 3 de agosto. El Ayuntamiento de Barcelona encargó un informe externo para poder extraer datos sobre la caída de este árbol, y ahora, el informe ha presentado sus conclusiones, y no ha encontrado ningún motivo que, sea concluyente y claro, y que provocara su caída.
La hipótesis inicial, y a la que dan más veracidad, es la de el estrés hídrico por culpa de la sequía que ha sufrido Barcelona durante este verano y, especialmente, durante los días de más calor. El informe concluye que la palmera se encontraba en buen estado y no presentaba defectos internos que pudieran prever su caída, pero también apunta a la tesis del estrés hídrico.
Desde este, desafortunado, accidente, el Ayuntamiento de Barcelona ha revisado preventivamente 1200 palmeras de las 2500 que tiene la ciudad de Barcelona, aquellas que se encuentran en una situación parecida a la del Raval y presentan características similares. De estas 1200, 540 se tienen que talar, y el Ayuntamiento ya ha retirado 308 hasta el día de hoy.
El cierre de una fuente podría ser el detonante
Desde la empresa de arboricultura especializada en patologías de árboles y palmeras que ha elaborado el informe apuntan al hecho de que el cierre, por la sequía, de la fuente ornamental de la plaza podría haber sido uno de los motivos claves para la caída de la palmera. El informe explica que si el agua de la fuente se filtraba al subsuelo, su cierre podría haber hecho que el árbol no se adaptara a la falta de agua y generara el estrés hídrico.
Parques y Jardines acelerará la sustitución de este arbolado
Así lo ha confirmado Joan Guitart, el jefe de área de gestión de arbolado, y el gerente del Instituto Municipal de Parques y Jardines, Francesc Jiménez, en la rueda de prensa que ha presentado el informe este mismo viernes día 8. El Ayuntamiento de Barcelona sustituirá estas palmeras por otras, puesto que las datileras son las únicas se pueden romper y caer, hecho por el cual desde el 2014 no se plantan más en Barcelona.
Las nuevas plantaciones de palmeras se harán cuando el decreto de sequía haya finalizado.
