La ciudad de Barcelona ha registrado un 5,1% menos de hurtos y un 8% menos de robos con violencia durante los primeros seis meses del año. Así lo indica el balance de los datos de seguridad que ha presentado el Ayuntamiento este jueves, el cual compara los registros de delitos -graves y leves- que se han producido este año en comparación en el mismo periodo del año pasado. Así pues, los primeros seis meses de 2024 empiezan con algo más buen pie que el año pasado. El informe también destaca que las detenciones han aumentado un 9,1% y los delitos contra la salud pública se han disparado un 10,3% -pasando de 887 en 2023 a 978 este año. El motivo del incremento de delitos contra la salud pública -los que hacen referencia a drogas- es, según aseguran desde el consistorio, a causa del incremento de la actividad policial destinada en la lucha contra el tráfico de sustancias estupefacientes.
El teniente de alcaldía de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, ha señalado que los datos permiten «cierto optimismo» y un horizonte «de esperanza» y ha destacado la acción policial y la lucha contra la delincuencia. Con todo, ha admitido que hay una delincuencia «enquistada» en los delitos denominados ‘de baja intensidad’. El director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Ferrer, que también ha formado parte de la reunión de la Junta Local de Seguridad de Barcelona presidida por Jaume Collboni, asegura que la seguridad en la capital catalana ha mejorado ligeramente en comparación en los otros años gracias al aumento de la presencia policial en las calles: «El trabajo intenso empieza a dar frutos», ha dicho satisfecho por la leve reducción global y especialmente por la disminución de los hurtos, puesto que es el delito con más peso en Barcelona.

Los narcopisos, «en fase de control»
Otro de los grandes males endémicos de la capital catalana es la presencia de narcopisos en algunos barrios, puesto que además de generar un problema de salud pública, también desencadenan problemas de convivencia vecinal. Es por eso, pues, que el ejecutivo barcelonés ha destinado muchos esfuerzos a paliar la carencia. Durante la presentación del balance, los responsables policiales han asegurado que la situación de los narcopisos se encuentra «en fase de control» y actualmente solo constan ocho puntos de venta activos, todos al distrito de Ciutat Vella. La cifra se considera «residual», puesto que desde 2017 hasta ahora se han desarticulado más de 340.
