El Gremio de Hoteles de Barcelona ha calificado «del todo inaceptables» los incidentes que se produjeron a la manifestación contra el turismo masivo que desfiló el pasado sábado por las calles de Barcelona. Durante la manifestación, varios manifestantes precintaron y empapelar las terrazas de algunos hoteles y establecimientos del sector de la restauración donde había turistas; otros manifestantes rociaron los turistas con pistolas de agua, imágenes por los cuales la prensa internacional ha puesto el grito al cielo.
Tal como ha explicado el Gremio la ACN, desde la asociación empresarial descartan que el rechazo sea «generalizado» hacia todos los turistas y lo han atribuido a un contexto de protesta por parte «de un grupo limitado de ciudadanos que visualiza una corriente de opinión particular de ciertos movimientos sociales». A pesar de los incidentes, el Gremio quiere apostar para hacer «mucha pedagogía para poner en valor todo aquello que la industria turística revierte positivamente» en la capital de Cataluña, en el ámbito económico, en el laboral, el social y el cultural. La asociación, además, añade que hace de «palanca» para otros sectores como el científico o el tecnológico.
Desde el Gremio de Hoteles destacan que es un «reto de todos juntos» poder difundir las medidas que se están haciendo en la capital catalana para gestionar la actividad turística en la ciudad de Barcelona, y ponen de ejemplo el fomento de la coexistencia y la promoción hacia los segmentos que aportan visitantes de ‘calidad’.
La manifestación de sábado
El pasado sábado seis de julio, casi 3.000 personas -según la Guardia urbana de Barcelona- salieron a las calles de Barcelona para manifestarse contra el «turismo masivo». Una manifestación en la cual participaron casi 150 asociaciones vecinales, movimientos sociales, ecologistas y en defensa de la vivienda; y que durante la marcha denunciaron el «malestar» que sufre la ciudadanía con la masificación turística y se cargó contra los macroacontecimientos como la F1 o la Copa América, además, también se propuso el cierre de los terminales de cruceros y prohibir que se abran nuevos alojamientos turísticos en Barcelona.
